
Existen muchas preguntas que responder en torno a la eficiencia energética cuando a ésta también debe acoplarse la competitividad de las compañías. Un panel de expertos ha arrojado luz sobre las fortalezas y debilidades que existen en España hoy en día.
Esta mañana se celebra en Madrid la Jornada Internacional Alianza por la descarbonización y la eficiencia energética, organizada por elEconomista en el marco de la Conferencia del Clima (COP 25) y patrocinada por Iberdrola, Contigo Energía y Schneider Electric, arrancó con una intervención de Raquel Espada, VP Energy and Sustainability Services de Schneider Electric.
Tras la bienvenida del director del periódico, Amador Ayora, que destacó la importancia de la evolución tecnológica y la eficiencia energética para reducir la factura de la transición energética, tomó la palabra Ángeles Santamaría, consejera delegada de Iberdrola España.
Santamaría recordó que el 80% de la energía primaria procede de los combustibles fósiles, principales responsables del calentamiento global y de la mala calidad del aire en nuestras ciudades. Señaló que sólo una mayor electrificación de la economía con fuentes renovables -"ahora las más baratas, sobre todo la eólica y la fotovoltaica"- permitirá reducir en un 44% esa dependencia del petróleo, el gas y el carbón.
A juicio de la ejecutiva de Iberdrola, esta electrificación, trasladada a otros sectores, como el transporte, gracias al vehículo eléctrico, y a la edificación, como las bombas de calor, "ofrece una oportunidad ambiental y económica única que no podemos desaprovechar". Pero para conseguirlo es fundamental dar unas señales de precio adecuadas y diseñar una política fiscal basada en el principio de quien contamina paga. "Estas medidas van a ser bien vistas por el consumidor y van a mejorar su calidad de vida".
La función de las distribuidoras
A continuación tomó la palabra Juan Marco Cholvi, principal director de European Distribution System Operators: "Los distribuidores compartimos objetivos y facilitamos el acceso a la electricidad de forma barata, y siempre que sea posible, renovable". Calculó en 2.500 las distribuidoras en la UE y apuntó a que se enfrentan a "una pesadilla", porque deben integrar renovables, la generación de los clientes, el vehículo eléctrico... Y gestionar de un modo activo el sistema, algo que "está en pañales".
"Estamos en un momento de inflexión donde los clientes exigirán energía limpia y tenemos que adaptarnos, vencer el miedo al cambio", afirmó, antes de reclamar una "regulación ágil y dinámica". Insistió en la importancia del cambio, que "ya se nota en cómo el uso de los nuevos contadores ha permitido una mejor comunicación con el cliente e identificar los problemas" y en que las empresas están asumiendo nuevas responsabilidades, "como la digitalización o la ciberseguridad", siempre manteniendo la calidad del servicio que se les exige: "barato, calidad y con renovables".
La potencia de la eólica
Le llegó el turno a Iván Pineda, director de Public Affairs de WindEurope, la Asociación Europea de la Industria Eólica. Arrancó celebrando el liderazgo de la UE a la hora de liderar el combate contra el cambio climático, "de una manera ejemplar", y ahondó en la necesidad de incrementar las medidas y alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo, puesto que de otro modo no se contendrá la temperatura por debajo de los 2º centígrados. Enlazó con el Green Deal anunciado por la nueva Comisión Europea; expuso que las renovables sólo representan un 33% de la electricidad de la la UE, pero sólo un 8% del transporte y 18% de los usos térmicos y anunció que según los datos de Wind Europe, "es posible electrificar el 62% de los usos de energía en la UE y que el 80% de la generación eléctrica sea renovable en 2050".
Pineda subrayó la bajada de costes de las renovables y la importancia de la eólica, cuya cadena de valor en la UE, que mantiene 300.000 empleos y consigue 5.000 millones en ahorros de combustibles fósiles en la UE. Aseveró que "la mayoría de los países europeos quieren aumentar el objetivo de reducción de emisiones para 2030, desde el 40% actual hasta el 55%" y reclamó cinco puntos al nuevo Ejecutivo comunitario: "ambición y acción" en la descarbonización; una "estrategia inteligente" para desacarbonizar con electricidad y gases descarbonizados; "potenciar la inversión" en infraestructuras, en redes, en ferrocarriles, en puertos...; que la UE "siga liderando la I+D, sobre todo en gestión e integración de renovables en redes"; y "una política industrial que se centre en renovables".
La búsqueda de la eficiencia
La primera mesa, celebrada bajo el epígrafe 'El reto de la eficiencia energética' contó con la participación de David Mañueco, presidente de la Asociación de las Empresas de Eficiencia Energética (A3e), Patxi Calleja, director de Regulación de Iberdrola España, y Pablo García, vicepresidente de Cogen España. Fue este último el primero en tomar la palabra para argumentar cómo se debe aunar la eficiencia con distribución y competitividad. García pidió un marco estable que permitiera a la inversión tomar la iniciativa en las plantas menos eficientes. "En el parque de cogeneración español hay una parte de plantas cuyo combustible es solo carbón, fueles y gasóleos y representa el 10%. Son plantas antiguas que podían cambiarse al gas por plan renove y conseguirían una mejora de eficiencia de un 5 por ciento", dijo García.
El tiempo apremia y más cuando se habla de eficiencia energética en España. Así lo explicó Mañueco, quien recordó que las exigencias en nuestro país superan con creces a las europeas. "En 2016 la Unión Europea saca el 'paquete de invierno' y a continuación España corrobora los objetivos pero lo hace muy a la española. Europa nos pide un 32 por ciento y nosotros subimos al 42. Lo mismo en eficiencia energética, subimos al 39,5 de los 32,5 que exigía Bruselas. ¿Qué es lo que tenemos que hacer ahora? Desde la Asociación queremos hacer llegar la eficiencia energética también al consumidor final gracias a las herramientas que tenemos a nuestra mano", dijo.
Pero llegar al consumidor final tiene también sus problemas. A ellos se refirió Calleja, quien recordó la necesidad de una reforma fiscal para que la necesidad de la eficiencia se ajuste a las facturas. "Los equipamientos eléctricos son más eficiente; una bomba de calor consume menos que el gas. En el coche pasa lo mismo. ¿Y por qué no movilizamos a la sociedad? Porque cómo se le explica a alguien en su casa que lo que se puede ahorrar en eficiencia lo va a pagar en la factura mientras su vecino, que sigue con gas y no ha tenido que hacer una inversión, va a pagar menos", argumentó. Además, recordó que, hoy en día, la electricidad tuvo una recaudación fiscal de 11.000 millones, la gasolina de 15.000 y el gas de 1.000 y que la electricidad está pagando por sus emisiones 162 euros, la gasolina 122 y el gas 21. "¿Cómo le digo yo a alguien que va a pagar más por ser más eficiente?", se preguntó.