
Las constructoras españolas temen quedarse fuera del mayor contrato de construcción que se adjudicará en Europa este año, la nueva línea de alta velocidad de Reino Unido, el High Speed 2 (HS2), que en una primera fase unirá Londres y Birmingham. Acciona, ACS, FCC y Ferrovial lideran sendos consorcios que pasaron el corte en la lucha por los distintos lotes -siete- de la infraestructura, cuyo presupuesto conjunto alcanza entre 5.350 y 8.600 millones de libras (entre 6.000 y 9.600 millones de euros). Sin embargo, sus expectativas son muy débiles, toda vez que las autoridades británicas "están realizando clarificaciones y preguntas sobre sus ofertas a los distintos consorcios y ninguno de ellos está liderado por las empresas españolas", explican fuentes conocedoras del proceso.
A la espera de que pueda saltar la sorpresa el próximo 28 de julio, cuando está previsto que el Gobierno británico dé a conocer los ganadores, la decepción entre las constructoras españolas es máxima, que observan cómo sus rivales francesas, principalmente, figuran como claras favoritas. "Es un varapalo porque son licitaciones muy costosas, en un momento en el que además no hay muchos contratos así en el mundo", explica un alto ejecutivo de una de las firmas involucradas que prefiere guardar el anonimato.
"Es muy raro que ninguna española esté con la experiencia que tenemos en la construcción de AVE", lamenta el directivo. No en vano, España es el país con más alta velocidad por habitante y sus empresas participan en proyectos de la magnitud del AVE Medina-La Meca o el AVE de California. Además, Ferrovial y ACS son dos de los mayores contratistas de infraestructuras en Reino Unido en la última década, con proyectos como el Crossrail o el Aeropuerto de Heathrow.
La primera fase del proyecto se ha dividido en siete lotes (S1; S2; C1; C2; C3; N1 y N2) que cubren una ruta de 225 kilómetros desde Londres a Birmingham. El Gobierno británico pretende no dar más de contratos ninguno de los candidatos. Según explican fuentes del sector, el consorcio SCS, que conforman la sueca Skanska, la británica Costain y la austriaca Strabag, y en el que participa, para el diseño, la española Typsa, es el favorito para los tramos del sur, S1 y S2, por los que también lucha CEK, integrado por Carillion, Eiffage y Kier. Esta alianza, no obstante, es el máximo aspirante para los tramos C2 y C3 -en éste último la americana Bechtel contaría con opciones-.
SCS también se halla en la lucha por el tramo C1, en el que, no obstante, el favorito es el consorcio de la gala Bouygues, Volker Fitzpatrick y Sir Robert McAlpine. También pelea por este contrato la unión entre Balfour Beatty, Vinci y BeMo que, sin embargo, es el principal candidato para las secciones del norte, N1 y N2. Por estos lotes, Ferrovial, en alianza con Morgan Sindall y Bam Nuttall, figuraba con opciones tras llevarse los trabajos previos del tramo central, pero en el grupo español no son optimistas.