
FCC anunciará el próximo jueves el regreso a beneficios del grupo tras acometer un severo saneamiento que tendrá su culminación con la emisión de bonos de Aqualia por 1.300 millones de euros. El grupo completará así un año completo en que registra un resultado operativo positivo, según explican fuentes conocedoras de la marcha de la compañía. "En enero, febrero y marzo de 2016 registramos pérdidas mes a mes, pero a partir de abril comenzamos a crecer", aseguran.
En el último curso, FCC se anotó unas pérdidas de 161,6 millones, que vinieron propiciadas por las provisiones por casi 300 millones que acometió para sanear su negocio cementero. Sin estas dotaciones, el grupo habría ganado 167 millones, tras registrar tres trimestres consecutivos en que el resultado bruto de explotación (ebitda) fue positivo. Cerró el ejercicio con un incremento del 2,3%, hasta los 833,7 millones. Los primeros tres meses de 2017 confirmarán esta tendencia alcista.
Una vez ejecutadas las provisiones del año pasado, la compañía sentó las bases para "iniciar una etapa de crecimiento", sustentada en sus tres principales áreas de negocio: medio ambiente, servicios y construcción (industrial). De confirmalo en próximos trimestres, 2017 será el primer año con ganancias desde 2011. Entonces logró un beneficio de 108,2 millones. Después ha convivido durante un lustro con los números rojos: perdió 1.028 millones en 2012; 1.506,3 millones en 2013; 724,3 millones en 2014; 46,3 millones en 2015; y los citados 161,6 millones en 2016.
Reestructuración y sinergias
Desde su llegada en el verano de 2015 a la primera línea ejecutiva del grupo, el mexicano Carlos Jarque emprendió una reestructuración encaminada a aprovechar las sinergias entre las diferentes actividades. El objetivo prioritario se focalizó en mejorar las eficiencias, con la consecuente reducción de los gastos corrientes y el crecimiento de los márgenes. Desde entonces, la compañía desterró licitar por proyectos con riesgos elevados, una estrategia que después han seguido otras constructoras como OHL.
Jarque , mano derecha del primer accionista en FCC, el multimillonario Carlos Slim, ha implementado una estrategia por la que las distintas ramas del grupo realicen trabajos para otras. Una iniciativa de la que se beneficia especialmente la división de construcción (con trabajos para industrial). Esta área, que está dirigida por Pablo Colio, de hecho, prevé ya este año crecer, después de seis años de un drástico ajuste.
La reestructuración de FCC vivirá además en los próximos días un paso decisivo con la culminación de la refinanciación de su deuda. La compañía ha sellado un acuerdo con los bancos acreedores para rebajar los costes y extender los plazos del grueso de su pasivo, lo que permitirá también mejorar la cuenta de resultados. En este sentido, el grupo español lanzará próximamente una emisión de bonos de Aqualia, su joya de la corona, por un importe de 1.300 millones de euros. Está pendiente de cumplir las condiciones necesarias para emitir en los mercados de capitales que exigen las tres principales agencias de calificación y que éstas le otorguen una nota.