El Ayuntamiento de Barcelona sigue dando pasos adelante en su política fiscal, y ayer anunció que destinará 3,5 millones de euros para bonificar el 50% del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a las familias con menos recursos y en situación de vulnerabilidad.
El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró que el objetivo es "avanzar hacia una fiscalidad más eequitativa y redistributiva". Por lo que estas medidas se van a llevar a cabo a costa de las familias con más recursos. De hecho, hace poco más de un año, la alcaldesa Ada Colau anunció que aumentarían un 4% el IBI a las viviendas con un valor catastral superior a los 100.000 euros y de un 6% a las que superen los 300.000 euros.
Los inmuebles por debajo de los 100.000 euros (que según el consistorio son el 79% del total en Barcelona) no sufrirán ninguna alteración en este impuesto. En aquel momento, el Ayuntamiento estimó en 633 millones la recaudación por esta medida.
Por otra parte, las familias que reciban estas ayudas serán las que tengan uno o más perceptores de pensiones no contributivas, subsidios de paro, Renta Activa de Inserción o Pirmi.
