Comunidades Autónomas

La universidad catalana marca un suelo en la retribución de los becarios

  • Establecen un 'sueldo' mínimo de cinco euros la hora
  • Los extranjeros, dispuestos a pagar por trabajar en alta cocina
Un grupo de estudiantes atiende a una clase | Archivo

La Ley no obliga a retribuir las prácticas profesionales, pero algunas universidades catalanas no aceptan convenios extracurriculares sin remuneración, aunque los estudiantes busquen sólo ganar experiencia.

La experiencia profesional es importante para conseguir hacerse un hueco en un mercado laboral cambiante y cada vez más competitivo. Tener las habilidades necesarias para desarrollar y desenvolverse en un entorno laboral es imprescindible, y más en un momento en el que la demanda de trabajo supera a la oferta. Tener un título acredita unos conocimientos y, en muchos casos, es una base imprescindible para poder desarrollar una profesión.

Por ejemplo, un abogado no puede desarrollar su actividad sin el Grado en Derecho y el máster habilitante, de la misma forma que un médico requiere de la titulación adecuada para poder ejercer. No obstante, es innegable el valor añadido que aporta a un estudiante la posibilidad de vestir un currículum con empresas e instituciones reconocidas dentro de los distintos sectores. Es por eso que existen los becarios, personas que están en proceso de graduarse o que acaban de obtener el título y necesitan de experiencia para poder empezar a desarrollar su carrera laboral.

El papel que deben desarrollar en las empresas debe tener un papel puramente formativo, puesto que en ningún caso se debe esperar que terminen ocupando el mismo rol que un trabajador. Así lo especifica el Real Decreto 92/2014 de 11 de junio, que en su artículo 2 explica que "las prácticas académicas externas constituyen una actividad de naturaleza formativa realizada por los estudiantes universitarios y supervisada por las Universidades, cuyo objetivo es permitir a los mismos aplicar y complementar los conocimientos adquiridos en su formación académica".

No obstante, la misma ley indica que las prácticas no tienen obligación legal de ser remuneradas por tratarse de una actividad formativa. Ante esta situación, universidades de Barcelona -como la UAB o UPF- imponen una remuneración mínima obligatoria de cinco euros por hora en sus bolsas de trabajo extracurriculares. En algunos casos, existe un tope anual por alumno de horas realizables de prácticas. Por ejemplo, en el caso de la UAB, las horas máximas no-curriculares de formación en empresas se sitúan en 750 por curso. No se da la misma situación en las prácticas curriculares, puesto que como se entiende que forman parte del currículum de la propia carrera no tienen obligación de ofrecer remuneración alguna.

Una puerta de entrada

Algunos de los estudiantes que ahora están haciendo prácticas consideran que la oportunidad que tienen de poner en el CV prácticas en algunas empresas les permitirá abrir muchas puertas. Es el caso de G.S., estudiante de Relaciones Públicas, que cursa una estancia de prácticas de 7 meses remuneradas en un prestigioso bufete de abogados. Aunque no tiene posibilidad de renovar ni de ser contratada, sabe que su experiencia le va a permitir llamar a más puertas: "No puedes buscar trabajo si antes no tienes experiencia. A nivel moral no me atrevería a pedir trabajo sin haber hecho antes ninguna práctica". No obstante, tiene claro el papel de un estudiante en prácticas: "El becario debe ser la mano derecha, el bastón del trabajador, pero en ningún caso debe substituir a un empleado". De la misma forma, considera necesario que -aunque poca- las prácticas reciban algún tipo de compensación económica: "Al becario le cuesta dinero, porque tiene gastos a los que tiene que hacer frente y el tiempo que pasa haciendo prácticas lo pierde de poder desarrollar otra actividad que le dé dinero. Además, cobrar es un incentivo para trabajar mejor".

En la misma línea se pronuncia Jaume Oliva, graduado en Biología por la UAB y que ahora cursa un máster en comunicación política en Blanquerna. Durante la carrera aprovechó la bolsa de trabajo de la Autònoma para poder desarrollar prácticas en distintos laboratorios y centros de investigación: "Desde el principio me sentí muy acompañado. En todas las prácticas extracurriculares me pagaron, y en general siempre me sentí muy acompañado para aprender".

A pesar de estar satisfecho, sí que recuerda que en algún caso la empresa no se llegó a preocupar demasiado con él: "Me acompañaron el primer día y luego me tuve que buscar la vida en el laboratorio, llamando todo el rato y preguntando dónde estaban las cosas". Asimismo, se considera partidario de remunerar el trabajo de un becario: "Para unas primeras prácticas, como mínimo que se le pague el transporte y las dietas; que no le cueste dinero". Ahora se dedica a hacer prácticas en una consultoría de comunicación, en la que afirma que está contento y en la que no le importaría poder quedarse.

Una de las carreras que tradicionalmente más becarios acumula es la Comunicación. Es el caso de Júlia Olivé, una estudiante de tercero de periodismo en la URL que ha estado de becaria en RAC1: la radio privada con más audiencia en Catalunya. En su caso, las prácticas formaban parte del currículum universitario como créditos optativos y valora su experiencia como más que enriquecedora: "En todo momento me han ayudado mis compañeros de redacción y el ambiente era inmejorable, trabajaba muy contenta". A pesar de esto, no recibía ninguna remuneración: "Todas las prácticas deberían ser remuneradas. Como estudiantes y trabajadores merecemos un sueldo, aunque sea testimonial". De hecho, considera que para una profesión tan práctica como el periodismo es imprescindible acumular mucha experiencia.

No obstante, no siempre la situación del becario es tan satisfactoria. Existe el fenómeno de los falsos becarios, es decir, estudiantes contratados para hacer prácticas, pero que a la hora de la verdad desarrollan el mismo rol que un trabajador más de la empresa. UGT Catalunya ya denunció este tipo de contratación fraudulenta con el objetivo de ahorrar gastos: "el beneficio de la beca se lo tendría que llevar el becario en forma de formación, pero la realidad es que el empresario es quien se lo lleva, en forma de mano de obra gratuita que sustituye a trabajadores y trabajadoras con contrato laboral y, por tanto, salario y condiciones laborales dignas". Piden mayor "responsabilidad" a los empresarios a la vez que reclaman a la Administración mucha más "contundencia" para sancionar a este tipo de empresarios.

La oportunidad de la movilidad internacional

La posibilidad de hacer currículum también se da gracias a la movilidad internacional. Alumnos de toda la Unión Europea, EEUU y algunos países de América Latina vienen a España a formarse en el tercer sector. Nuestro país está considerado el más importante en gastronomía, con lo que poder acreditar experiencia en hoteles de cinco estrellas y restaurantes de alta cocina y Estrella Michelin es una excelente carta de presentación para conseguir un contrato a la vuelta.

Anna Baiget, directora de la empresa Live it Out en España, explica que "las prácticas son un ensayo general de lo que será el trabajo del futuro, con el valor de que nadie te reñirá por no saber hacer algo". Lo consideran un proceso formativo y una gran oportunidad para demostrar aptitud y para vivir una experiencia en otros países. La firma se encarga de hacer de intermediaria entre las universidades extracomuntarias y las empresas españolas de la hostelería. La duración de la estancia es variable, aunque oscila entre los tres meses y el año. No obstante, consideran que es cada empresa la que decide qué ofrece a los becarios que acuden a ella.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky