La jornada se salvó sin problemas, con la excepción de Rubí. El único Ayuntamiento que leyó artículos de la Constitución lo tuvo que hacer entre pitos de rechazo de ciudadanos favorables a la independencia.
De acuerdo con EuropaPress, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) valoró muy satisfactoriamente la protesta que han llevado a cabo este martes diferentes ayuntamientos catalanes adheridos a la entidad que han decidido no hacer fiesta y trabajar en el día de la Constitución.
En un comunicado, la AMI ha destacado que muchos municipios han protestado por la utilización "política en contra de Cataluña" de la Constitución española por parte del Estado y ha destacado las diferentes iniciativas sin ánimo de lucro que han tenido lugar en estos municipios.
La presidenta de la AMI, Neus Lloveras, ha asegurado que la cifra arrojada por la entidad --350 ayuntamientos-- podría haber sido mucho mayor si se contabilizasen todos los consistorios a los que han acudido regidores y no solo los que han tomado la iniciativa. La jornada de se ha producido con normalidad.
Enric Millo, delegado del gobierno en Cataluña, había adelantado un día antes que no se tomarían medidas preventivas contra los cargos electos que optaran por trabajar el Día de la Constitución, después de la polémica surgida el 12 de octubre, por la apertura, desoyendo una orden judicial, del Ayuntamiento de Badalona.
Un único ayuntamiento homenajea la Constitución
El Ayuntamiento de Rubí, que ha sido el único que ha leído fragmentos de la Constitución para celebrar la festividad, ha sido también objeto de uno de los peores episodios de la jornada. La lectura se realizó en medio de una pitada de ciudadanos independentistas. El boicot al acto terminó con la quema de un ejemplar de la Carta Magna.
En la Generalitat, sólamente Oriol Junqueras, acompañado de la 'consellera' Dolors Bassa, realizó un acto institucional, visitando una residencia y centro de día de ancianos. La presidenta del 'Parlament', Carme Forcadell, también participó en otro acto, mucho más simbólico y reivindicativo en Celrà, donde se aprovechó la jornada de protesta impulsada por los independentistas para rebautizar la Plaza de la Constitución.
