
Las desavenencias entre los hermanos Josep y Joan Font, propietarios del grupo Bon Preu, no encuentran de momento una solución en los tribunales. La Audiencia de Barcelona ha ratificado la sentencia del juzgado mercantil 8 de Barcelona.
Por tanto, rechaza fijar un precio por la mitad del capital del grupo, y tampoco se define sobre la posibilidad de separación. Argumenta que los estatutos del holding sobre la posible separación de los socios no son claros, y que no puede tomar una resolución por el "carácter incompleto" del texto que regula la compañía, según publicó ayer La Vanguardia.
Con todo, el fallo cuenta con un voto particular de uno de los jueces, partidario del derecho de separación que reclama Josep Font para que su hermano le compre por un precio "razonable" la mitad de la sociedad, que agrupa a la cadena de supermercados Bonpreu, así como otros súper y gasolineras.
Dicho juez abogaba por haber designado un experto independiente nombrado por el Registro Mercantil que hubiese valorado el 50 por ciento de Bon Preu, defendiendo una media aritmética entre el mayor y menor de los cuatro informes -dos por parte de cada hermano- encargados en el pasado. Ello supondría valorar el holding en 775,5 millones.
Intento de acuerdo
Joan Font ha iniciado el proceso para dividir el grupo en dos, lo que perjudicaría a una de las principales cadenas de distribución catalanas, al perder ventajas de escala. Mientras, Josep Font recurrirá la sentencia de la Audiencia de Barcelona al Tribunal Supremo.
De todas formas, ambos hermanos mantienen abierta la vía de intentar un acuerdo para poner fin a sus relaciones profesionales sin perjudicar la buena marcha del negocio familiar. El grupo facturó 1.347 millones de euros en el ejercicio 2018, un €12,4 por ciento más que el ejercicio anterior.