Barcelona
Caprabo cerró su ejercicio de 2018 con una facturación de 912 millones, un 8 por ciento menos que en el ejercicio anterior. La explicación de este descenso, cifrado en algo menos de 5 millones de euros, está en el saneamiento llevado a cabo por la firma en su red de tiendas y por el coste de la transformación de sus supermercados.
En 2017 –teniendo en cuenta que la compañía cierra sus ejercicios económicos el 31 de enero de cada año-, Caprabo obtuvo un beneficio de 11 millones y unas ventas de 1.052 millones, un 4,9 por ciento menos que en 2016. Precisamente, en 2017 es cuando la firma empezó a definir su nuevo modelo de supermercado, y ya justificó los descensos en su facturación también por el saneamiento de su red de tiendas.
Durante el ejercicio pasado, el de 2018, la cadena de supermercados abrió 10 supermercados, alcanzando los 320. Además, dio impulso a dos de sus principales planes estratégicos, orientados a ganar eficiencia y competitividad.
Por una parte, la transformación total de supermercados para dar respuesta a los nuevos consumidores. Concretamente, reformó un 20 por ciento de su red y tiene previsto finalizar 2019 con más del 40 por ciento de sus tiendas adaptadas al nuevo modelo, caracterizado por una apuesta a favor de los productos frescos, los de proximidad, el ahorro personalizado y la innovación.
Y, por otra, la reforma de su red logística con cambios en su centro de distribución de Abrera (Barcelona) y la construcción de una nueva plataforma, en El Prat de Llobregat, para gestionar exclusivamente los productos frescos.
Ya se está trabajando en este nuevo centro de distribución, que entrará en funcionamiento el año que viene, tendrá 24.000 metros cuadrados y supone una inversión de 20 millones. A su vez, se constituirá como la nueva sede central de la compañía y también gestionará el negocio de venta online de Capraboacasa.
