Barcelona
Cualquier tiempo es convulso para quien lo vive. Las sociedades y las personas se encuentran en evolución y cambio permanentes y ante nuevas circunstancias y pensamientos, deben encontrarse nuevos acomodos. Equilibrio, desequilibrio.
El dicho tan recurrido "todo tiempo pasado fue mejor" es el falso recuerdo del ayer como una aspiración al sosiego provocado por la inquietud del presente y la incertidumbre del futuro.
Las nuevas tecnologías han propiciado nuevos métodos a los ambiciosos, han modificado nuestros hábitos y generado nuevas necesidades; tanto son utilizadas para conquistar y dominar, como para paliar nuestras necesidades básicas.
Otro fenómeno que atemoriza a las sociedades conservadoras son los movimientos migratorios, gentes que anhelan nuevos horizontes para sus vidas y que perturban el placentero bienestar aparente de nuestra sociedad.
Los partidos tradicionales, conservadores y social-demócratas, se encuentran sobrepasados y por ello aparecen nuevos grupos llamados populistas que intentan solucionar nuestros problemas negando toda evolución y con métodos trasnochados.
A la búsqueda de este nirvana imposible, se han unido los movimientos nacionalistas e independentistas que, mediante el sentimiento nostálgico de la patria perdida, pretenden conseguir territorios y personas a las que dominar, prometiendo un futuro mejor sin concretar las causas de esta perfección anhelada.
Reino Unido chirría dividido ante la salida de Europa, Cataluña cansina y agotada todavía posee una clase política que no cede ante su incierto futuro, Europa sufre un frenazo en su integración, debido a los nacionalismos decimonónicos. La salida no se percibe, pero se encontrará. Europa seguirá hacia adelante y seguramente quien quede descolgado de ella caminará por el sendero de la mediocridad.
Las personas, las familias, las empresas, las sociedades, evolucionan, unas prosperan, otras se autodestruyen. Las potentes pueden declinar si entretienen sus energías en luchas estériles y otras encuentran futuros halagüeños si emplean su inteligencia y energía en la búsqueda de nuevos horizontes en el emprendimiento jovial e imaginativo.
Todos desconocemos el futuro, pero nuestra historia nos dice que muchos se han quedado por el camino por dedicar sus energías discutiendo sobre el sexo de los ángeles.
