
El presidente de la Generalitat, Joaquim Torra, insistió ayer en un incremento de la fiscalidad medioambiental en su primera intervención ante el pleno del Parlament desde la toma de posesión de su Gobierno y la retirada del artículo 155 de la Constitución.
El nuevo president volvió a ofrecer pocas novedades sobre su programa económico, tal como ya hiciera en sus discursos de investidura y también la semana pasada ante el mundo empresarial catalán en la reunión del Círculo de Economía de Sitges.
Además de la creación de nuevos impuestos ambientales, Torra anticipó que su Ejecutivo quiere desarrollar "una fiscalidad más justa" y poner más recursos en la lucha contra en fraude. En la presentación de su Govern ante la Cámara catalana, Torra también citó otros objetivos socioeconómicos de su mandato, como la implantación de la renta garantizada de ciudadanía (un incremento de las ayudas a las familias con me-nos ingresos) o el desarrollo del Pacto Nacional para la Industria.
En el plano político, Torra volvió a ofrecer diálogo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero afirmando que el independentismo no se "rendirá". Fruto de este diálogo, el presidente catalán reiteró que espera que el Estado retire la intervención parcial de las finanzas de la Generalitat iniciada en noviembre de 2015 y vinculada con el pago del FLA, una medida que no decayó a pesar de la retirada del 155.
En el turno de la oposición, Cs criticó que el actual Govern "está aquí para repetir los errores del pasado", ya que no ha renunciado al "unilateralismo", mientras que el PSC afirmó que el diálogo con Sánchez únicamente es posible "dentro de la legalidad", y el PP señaló que el Ejecutivo catalán esta "secuestrado por un fugitivo".
Por su lado, los comunes reclamaron a Torra que defina si su Gobierno es "neoliberal o progresista", mientras que la CUP lamentó que la Generalitat va en "contra dirección", porque "acata" la legalidad española.