
Un negocio que empezó como una carnicería en Olot (Girona) en 1920, creció en 1940 con el germen de Noel Alimentaria, y actualmente es una de las principales empresas españolas de elaborados cárnicos. La firma de charcutería, que tenía el jamón cocido como producto estrella en los años 50, sigue siendo una compañía familiar que ya tiene a la cuarta generación en su gestión, pero que se ha expandido hasta ofrecer centenares de referencias de jamón cocido y serrano, embutidos, carnes frescas y platos preparados, y vende en más de 60 países. Incluso, elabora embutidos sin carne, a base de clara de huevo de gallinas camperas, aceite de oliva virgen e ingredientes vegetales, pensados para consumidores flexiterianos. Su intención es seguir creciendo, tanto en productos como en mercados internacionales, que actualmente ya representan el 55 por ciento de la facturación de su división de charcutería. También prevé aumentar plantilla, de 1.160 trabajadores en 2017 a 1.300 como objetivo este año, gracias al impulso de la producción y las ventas.
En 2017 registraron los mejores resultados de su historia. ¿Cómo afectó la crisis al sector de la carne?
El sector cárnico es bastante estable; antes de la crisis no hubo incrementos tan grandes como, por ejemplo, en el sector inmobiliario, y en la crisis hubo desviación hacia productos de precio más bajo, pero la afectación no fue tan importante como en otros sectores. En Noel conseguimos, incluso durante la crisis, crecer cada año, y en 2017 hemos crecido casi un 14 por ciento y llegado a los 256 millones de facturación. Ha sido nuestro mayor crecimiento en la última década.
¿Cómo enfrentaron la crisis?
La crisis sirvió a todas las empresas para hacer una mejora continua en todos los procesos. Con una orientación del cliente a productos de menor precio, hicimos una mejora de procesos para reducir costes, y creo que este ejercicio no se debe hacer solo durante la crisis, sino de manera continua. Nosotros lo tenemos interiorizado en la empresa en todos los departamentos.
¿Qué papel jugó la exportación?
En charcutería, hace diez años exportábamos el 30 por ciento y ahora más del 50 por ciento. Uno de nuestros puntos fuertes desde siempre ha sido la internacionalización. Desde los tiempos de mi padre, siempre hemos exportado a los mercados a los que se podía, y con la creación de la Unión Europea dimos un impulso. La UE supone actualmente el 70 por ciento de nuestras ventas al exterior.
¿Cuál es el objetivo de internacionalización?
Siempre intentamos equilibrar el mercado nacional con el internacional con unos crecimientos sostenibles.
Están en más de 60 países y quieren crecer en Estados Unidos, Brasil y Japón...
Estados Unidos es una apuesta importante, donde vendemos especialmente jamón serrano y chorizo. Tenemos la suerte de que tenemos dos productos que son imagen de país, que los turistas conocen cuando visitan España y luego quieren tener en su país. Brasil también es uno de nuestros objetivos de crecimiento, así como consolidarnos en Japón, donde estamos desde hace años y donde es muy importante tanto el producto como su presentación. La intención es que estos mercados supongan el 20 por ciento de la facturación internacional, frente al 6 por ciento de peso actual; el objetivo para 2018 es alcanzar el 10 por ciento. Y además de en Japón, hay potencial en los países del sudeste asiático en general.
Noel tiene 11 fábricas repartidas por Cataluña, Huesca y Teruel. ¿Se plantean producir fuera?
A la larga haremos una implantación, pero se debe pensar y analizar bien dónde podemos implantarlos. No lo tenemos como objetivo a corto plazo, pero sí es una de las posibilidades a medio y largo plazo porque creemos en la internacionalización. Tener implantación productiva en otros continentes ayuda en cuestiones logísticas; en la Unión Europea no hace falta porque suministramos desde las plantas de aquí.
En 2017 la compañía produjo 59.148 toneladas, un 9,78 por ciento más que en 2016, y han comprado terrenos para poder ampliar la fábrica principal de Olot. ¿Será una necesidad pronto?
Ahora tenemos una capacidad idónea de las fábricas, pero hay que pensar en el futuro y no podíamos desaprovechar la oportunidad de comprar unos terrenos de 33.000 metros cuadrados adyacentes a la planta principal.
Han pasado de unos orígenes centrados en el jamón cocido a tener centenares de referencias...
La empresa la fundó mi abuelo en 1940. Soy la tercera generación y ya tengo dos hijos incorporados a Noel. El jamón cocido fue el producto de mi abuelo y mi padre y es de gran calidad; las líneas Grand Bouquet y Delizias han sido los productos que más han crecido en ventas en 2017, con un 55 y un 60 por ciento, respectivamente, en comparación con el año 2016. El hecho de entrar en otras gamas de producto es que, si quieres ir hacia una internacionalización y exportar, necesitas complementar la gama. De ahí vino la necesidad de abrirnos a productos curados como el jamón serrano, el chorizo y el fuet.
¿Qué peso tiene actualmente cada segmento de negocio?
La charcutería supone el 70 por ciento del negocio y, en esta división, se reparten a tercios el jamón cocido, el curado, y el chorizo y salchichón, mientras que un 10 por ciento corresponde a otros productos preparados con embutido. El producto fresco supone el 30 por ciento del negocio, y ahí se incluyen salchichas, hamburguesas y albóndigas.
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