Cataluña

Los sindicatos aparcan en Cataluña la reivindicación política independentista

  • Feminismo, pensiones, reparto de la riqueza y mejora salarial, mensajes del Primero de Mayo
Manifestación del 1 de Mayo en Barcelona EE

La manifestación principal del 1 de mayo en Barcelona quedó deslucida por la lluvia, con 30.000 asistentes, según los convocantes -CCOO y UGT-, y 8.000, según la Guardia Urbana. Además del lema para reclamar mejoras de las condiciones laborales, salariales, de igualdad y en las pensiones, el protagonista fue el color lila del feminismo y una pancarta contra la sentencia del caso de la manada que encabezó la marcha con la inscripción No es abuso es violación, no es no. En este contexto, los secretarios generales de los dos sindicatos mayoritarios en Cataluña también incidieron en el llamamiento a formar Govern cuanto antes para responder a las necesidades sociales de la ciudadanía.

Javier Pacheco, de CCOO, afirmó que "sin libertad ni democracia será imposible recuperar los derechos de la clase trabajadora", y criticó que en España se está viendo afectada la libertad de expresión de líderes sociales, políticos, músicos y artistas. Por parte de UGT, Camil Ros reivindicó que es tiempo "de tender puentes y de diálogo" político para desbloquear la política catalana.

Mientras los líderes regionales de ambas centrales sindicales insistieron en justificar su apoyo a la manifestación del 15 de abril en Barcelona por la liberación de los presos independentistas como defensa de los derechos democráticos, C's decidió ausentarse por primera vez en la movilización sindical del 1 de mayo como muestra de rechazo a la significación política de CCOO y UGT. Sí formaron parte de la marcha el PSC -con una pancarta que pedía justicia social- y ERC -con una lona con la imagen de la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa, en prisión preventiva como investigada por el procés-.

También acudieron representantes de Catalunya en Comú Podem y de JxCat, así como el vicepresidente de la ANC, Pep Cruanyes, si bien la entidad independentista convocó una manifestación propia por la tarde junto a otras entidades secesionistas como la Intersindical-CSC y Universitats per la República. Llamaron a "alzarse" Contra el artículo 155 y por la república de los derechos sociales, y confluyeron con otra manifestación anticapitalista en la que participaba la CUP. Entre ambas sumaron 2.300 personas, según el Ayuntamiento.

Lazos morados

En las más de 70 concentraciones que tuvieron lugar en diversas ciudades de España, las revindicaciones puramente laborales, como las subidas de los salarios en pos de un mayor reparto de la riqueza o las reclamaciones del colectivo de pensionistas, se mezclaron con otras de tinte feminista. Las peticiones de igualdad laboral derivaron en referencias y pancartas contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Pamplona sobre la manada, incluidos lazos morados como los que lucieron los secretarios generales de UGT y CCOO en Madrid.

En la capital, en la que participaron 50.000 personas, según los convocantes, y 12.000, según la Guardia Urbana, tanto el líder sindical de CCOO, Unai Sordo, como el de UGT, Pepe Álvarez, dejaron claro que hay que "disputar" los salarios en la negociación colectiva y que hay que ir a una propuesta sindical "potente y ofensiva" en España, porque "no puede ser que la patronal, instalada en el ventajismo de la reforma laboral del PP, bloqueé la negociación colectiva".

Sobre pensiones, aseguraron que no habrá un sistema que no conlleve una acción sindical potente, empleos de calidad y salarios. "Necesitamos presión en la calle, porque la reforma de las pensiones ahora está en el congelador, pero el día de mañana puede estar en el microondas y se pase a empobrecer a los pensionistas del futuro", dijo Sordo.

Altercados en París

Las concentraciones del Primero de Mayo se repitieron ayer en todas las grandes capitales. En Moscú se calculan 100.000 asistentes. En París, la policía antidisturbios empleó cañones de agua y gas lacrimógeno para contener los disturbios iniciados por cientos de integrantes de grupos anarquistas que lanzaron cócteles molotov a tiendas y escaparates. La celebración en Francia quedó marcada por la desunión de los sindicatos contra la política del presidente Emmanuel Macron.

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