El expresidente catalán fue detenido en Alemania y queda en prisión provisional. Mientras, el independentismo protesta contra ello en el 'Parlament' y en las calles, repuntando la preocupación del sector turístico.
El líder de JxCat, Carles Puigdemont, fue detenido por la policía alemana mientras cruzaba territorio germano tras un acto en Helsinki (Finlandia). Los agentes actuaron en virtud de la orden europea de detención emitida por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para todos los exmiembros del Govern fugados al extranjero en la 'vistilla' de la causa del procés en que fueron procesados 25 de los 28 investigados, Puigdemont incluido.
Sin embargo, el expresidente catalán fue el único detenido, ya que la justicia belga no consideró necesario hacer lo propio con los exconsellers Antoni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig al no apreciar riesgo de fuga. La también exconsellera Clara Ponsatí, por su parte, sí tuvo que comparecer ante el juez en Escocia, pero lo hizo voluntariamente.
Por ahora, Puigdemont permanecerá en prisión mientras se decide si se le extradita o no. Este nuevo escenario ha posibilitado que, tras la pertinente autorización por parte de Llarena, el líder de JxCat pueda personarse en la causa para recurrir su procesamiento. Este hecho le permite retrasar su suspensión de cargo público, que llegaría si se encuentra en prisión preventiva una vez el auto de procesamiento sea firme.
Tras ello, el Parlament aprobó una resolución defendiendo que se respeten los "derechos políticos" del líder de JxCat. La mayoría independentista da lugar a que la Cámara catalana allane el camino de la candidatura del expresidente catalán para que pueda someterse a debate y votación, y a que se pueda hacer lo propio con los otros candidatos descartados, Jordi Sànchez y Jordi Turull.
JxCat, ERC y la CUP, con el apoyo de Catalunya En Comú-Podem, también aprobaron un texto para reclamar la libertad de los diputados y exdiputados encarcelados. Mientras, en las calles, los Comités de Defensa de la República (CDR) mostraron su rechazo a la detención de Puigdemont cortando algunas de las principales carreteras de Cataluña. Los incidentes causaron retenciones de tráfico kilométricas y, en varios puntos, los manifestantes se resistieron ante el intento de los Mossos de desalojar las vías, lo que ocasionó ciertos enfrentamientos.
Estos altercados se sumaron a los de las protestas del domingo, ocurridas justo después de conocerse la detención del expresidente catalán y que dejaron unos 100 heridos, entre ellos 23 agentes de los Mossos, entre Barcelona, Lleida y Tarragona. Tras ello, el presidente de Turisme de Barcelona y de Husa Hoteles, Joan Gaspart, lamentó los hechos y trasladó su "preocupación" por el efecto que puedan tener sobre la imagen turística de la ciudad.
Las palabras de Gaspart se sumaron a las advertencias que directivos del sector hotelero barcelonés lanzaron recientemente sobre la bajada de reservas a largo plazo que supone la situación política que vive Cataluña. Además, coinciden con las del concejal de Turismo de la ciudad condal, Agustí Colom, que advirtió sobre la "repercusión" que puede tener sobre el turismo, evidenciando que los altercados preocupan al sector turístico catalán.
Mientras, un estudio de Informa D&B cuantificó el coste del cambio de sede social de casi 3.000 empresas que han dejado Cataluña desde el 1-O. Según el documento, este hecho se ha llevado 44.000 millones en ventas de Cataluña, que es la facturación de dichas compañías y muestra los efectos de la inestabilidad política generada por el referéndum.