
En cuestión de horas, el supuesto desbloqueo de la legislatura catalana que debía llegar con la investidura del exconseller Jordi Turull se tornó en un nuevo interrogante.
Fue tras conocerse la decisión del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, de citar mañana a él y a otros investigados del procés con el objetivo de revisar si dicta prisión provisional contra ellos. En caso de fallar en contra de hasta seis diputados independentistas implicados y citados este viernes, la celebración de la investidura quedaría de nuevo en el aire, por lo que JxCat impulsó realizar el pleno de investidura hoy mismo con Turull como candidato.
Será a las cinco de la tarde, para dar tiempo a la CUP a reunir a su militancia para decidir si apoyan la candidatura, ya que sus votos son imprescindibles para poder lograr la elección en primera votación, lo que requiere mayoría absoluta.
Llarena anunció ayer el procesamiento para mañana viernes de los diputados del Parlament Carme Forcadell, Dolors Bassa, Marta Rovira, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull. Si se decretase una orden de entrada en prisión, la candidatura a la investidura de este último se vería condicionada, al quedar expuesto a la inhabilitación si se le encarcelara por un posible delito de rebelión. Según el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, si se cumplen estas circunstancias en el momento de dictarse un auto firme de procesamiento -una vez queden resueltos todos los recursos que puedan presentar las distintas partes-, todo aquel que ostente un cargo público quedaría inhabilitado automáticamente.
Llarena ha convocado, además de a los seis diputados, a todas las partes personadas en la causa. Esto incluye a los representantes de los 28 investigados que hay en total, a la Fiscalía y a la acusación popular, que constituye el partido político Vox. Precisamente, esta formación anunció que sus servicios jurídicos estudian pedir prisión provisional sin fianza para Turull y los otros cinco investigados que están citados este viernes, según Ep.
En este contexto, JxCat habría negociado con ERC y la CUP proponer al presidente del Parlament, Roger Torrent, celebrar el pleno de investidura de Turull hoy mismo. De hecho, los cupaires cancelaron una "conferencia política" que tenían prevista en Barcelona, alegando que dedicarían la tarde a "trabajar para dar una respuesta colectiva" al escenario dispuesto por el Supremo. La medida busca anticiparse a la decisión de Llarena sobre el exconseller, cuya situación ya había sido señalada por la oposición como una desventaja, dado que se encuentra en libertad bajo fianza.
Así, Turull acudiría al Supremo habiendo sido investido presidente de la Generalitat. La sesión se celebrará sin haber llevado a cabo la pertinente ronda de contactos física previa con todos los grupos parlamentarios, aunque en 2016 la investidura de Carles Puigdemont se llevó a cabo en circunstancias similares. Antes de esta propuesta de JxCat, Torrent había convocado para hoy esa nueva ronda de contactos -la tercera- con los grupos parlamentarios para encontrar al relevo de Jordi Sànchez como candidato a la investidura, pero la avanzó a anoche vía telefónica, comunicando directamente a la oposición que habría pleno para votar a Turull.
El expresidente de la ANC renunció el martes ante el Supremo a su acta de diputado, ante la imposibilidad de conseguir el permiso para acudir al Parlament para ser investido, y con el objetivo de conseguir su excarcelación si abandona la política. Una decisión que se formalizó ayer por parte de Torrent, en una comparecencia en la que se refirió a la renuncia de Sànchez como un "acto de generosidad".
Vicepresidencia clave
También ayer el Gobierno central hacía especial hincapié en la importancia del nuevo número dos del Govern. Y dando por hecho que no será Marta Rovira -lo que vienen a confirmar fuentes de ERC a elEconomista-, sobreentiende que esta persona será quien haga posible que la Generalitat devuelva el autogobierno a Cataluña. Desde ERC mantienen que Rovira, quien podría ser procesada, es muy probable que acabe siendo jefa del grupo en el Parlament, mientras que un futuro conseller republicano -se habla del conseller de Educación- acabe siendo el vicepresidente.
Asimismo, remarcan las mismas fuentes, ERC no tiene ningún interés en quedarse con la presidencia de la Generalitat por una cuestión de lealtad, y porque no toca, de modo que, al quedarse vacante la plaza de president, el vicepresidente solicitaría la investidura de otro candidato en cuestión de días o de semanas.