La sociedad española ha aceptado como normal el pago de dinero por parte de las empresas a los políticos, para conseguir contratos o negocios que les beneficiaran. También, durante muchos años, la sociedad española toleró el pago de facturas sin IVA y otras corruptelas frecuentes en nuestro país.
La crisis económica, cruel y fatídica para muchas personas y familias, que hoy, después de ocho años de malos tiempos, todavía no han podido normalizar sus vidas, ha modificado la laxa conciencia ciudadana. Sobre todo al comprobar que hoy, quien vive de la política ostentando poder, no ha notado la crisis. Estamos comprobando cada día, los enormes movimientos dinerarios que han fluctuado y fluctúan entre las empresas y los políticos con poder de decisión y ahora nos escandaliza. Nos escandaliza porque las cajas de ahorro centenarias se las ha llevado el huracán, provocado por las malas inversiones aconsejadas por los políticos, porque los partidos que han ostentado el poder hasta hoy, han hecho con el dinero lo que les ha dado la gana. No han temido al ciudadano, ni a la justicia, ni a Hacienda. Se han repartido el enorme pastel y se han generado enormes fortunas, como la de la familia Pujol, el capital que ostentan los que gobernaron la Comunidad de Madrid, los Blesa y Rato y tantos otros que aparecen cada día en los medios.
La ciudadanía ya no permite, ya no perdona, estas conductas. No hay comunidad que se salve. Cataluña con CIU y antes el tripartito, Valencia y Madrid con el PP, Andalucía con el PSOE, y las que aún no han salido, un día también quedarán incluidas en la lista.
Pero no es solamente que hoy no acepte esta forma de actuar el ciudadano, es que por más pruebas que aparecen cada día que demuestran conductas delictivas, los partidos tradicionales siguen negando la luz del sol. Siguen engañando y siguen mintiendo al ciudadano. Son incapaces de decir que se trató de unas reglas admitidas durante una época, pero que ésta época se ha acabado y se inicia un período nuevo, en el que se deberán respectar otras reglas. Son incapaces de generar normas de conducta que condenen abiertamente toda corruptela y son incapaces de ello porque sus mismos dirigentes desean vivir del mismo modo, ganando el mismo dinero que siempre y temen la huida, la venganza y la traición de sus huestes.
Esta limpieza del modo de hacer de los políticos en el poder, es imposible llevarla a cabo desde dentro y solamente se podrá realizar por políticos nuevos, sin historia, sin compromisos.
Deben ser sustituidos todos los políticos de una generación, sobre todo en los partidos en que todavía no se han producido cambios, como en el PP y como en CIU, si es posible hacerlo en estas organizaciones, con tantas cosas que ocultar.
Quizás lo mejor sería borrar del mapa, con nuestro voto, todos los partidos políticos que han ostentado poder y sustituirlos por partidos políticos nuevos. De este modo tendremos unos años de higienización de nuestra vida política, cosa que nuestra sociedad se merece.