El consejero catalán de Empresa y Ocupación, Felip Puig, ha asegurado que la Generalitat está trabajando para intentar encontrar alternativas en el cierre de la empresa papelera Torraspapel, de Sarrià de Ter.
Puig ha reconocido que "la empresa está en una situación muy frágil" y ha añadido que "desde hace unos meses estamos acompañando a la empresa y los trabajadores para intentar garantizar, en primer instancia, el mantenimiento de la actividad de la fábrica pero también estamos estudiando proyectos industriales alternativos o complementarios de otros grupos interesados".
En el marco de la díficil situación de la papelera, Puig ha querido recordar "la amenaza grave que supone la reforma eléctrica del Estado, una reforma qué desde el gobierno de Cataluña no sólo hemos intentado moderar sino que nos hemos opuesto de una manera radical". En este sentido, ha añadido que esta reforma "no plantea una necesaria transición para que empresas como Torraspapel tengan una oportunidad para modernizar sus tecnologías". "Intentaremos que la reforma eléctrica no continúe golpeando nuestro sector industrial", ha remachado Puig.
A finales de abril la empresa inició una negociación con los sindicatos para estudiar la viabilidad o cierre de la planta de Sarrià de Ter (Girona), donde trabajan 132 empleados, y la posibilidad de trasladar su producción a otros centros de España. La empresa, perteneciente al Grupo Lecta, argumentó que además del descenso de las ventas, la planta gerundense se ha visto afectada por sus elevados costes de producción unitaria, el coste del transporte y el impacto de las modificaciones en el marco regulatorio eléctrico de los últimos años.
Torraspapel, que ha acumulado 98 millones de euros de pérdidas entre 2012 y 2013, se comprometió a negociar un posible acuerdo con los representantes de los trabajadores "para encontrar la mejor solución para las partes implicadas".