Cataluña

Fomento apoya al Corredor del Mediterráneo y olvida Pirineos

La propuesta española invertirá 49.800 millones en siete años: de 2014 a 2020

madrid/barcelona. Ni siquiera lo ha intentado. España ha dejado al Corredor Central de los Pirineos fuera de las propuestas que ha enviado a la UE y ha apostado de pleno por el Mediterráneo como uno de los ejes clave de la Red Transeuropea de Transportes. La Comisión acepta esta propuesta (que tendrá que ser discutida en el Parlamento europeo los próximos meses) y que supone una inversión de 49.800 millones de euros en siete años, entre 2014 y 2020.

El Gobierno se ha comprometido a tener listas las infraestructuras en 2020, diez años antes del plazo máximo que fija Europa. Además del Corredor del Mediterráneo, el plan presentado por España incluye otros cuatro ejes más: Central, Atlántico, Cantábrico-Mediterráneo y Atlántico-Mediterráneo.

La inversión media anual rondaría los 7.000 millones de euros, lo que supone un presupuesto "realista y asumible", según señalaba ayer José Blanco. El ministro de Fomento recuerda que en 2011, que no será un año boyante, se invertirá en infraestructuras 13.000 millones de euros y que en los mejores años se ha llegado a alcanzar 19.000 millones de euros.

Ayuda de Bruselas

Aunque todavía no está decidido, se espera que España se lleve entre el 10 y el 20 por ciento de las ayudas que Bruselas destine para estos proyectos. El titular de Fomento no se atrevió a dar una cifra, pero en los pasillos del Ministerio algunos técnicos hablaban de entre 4.000 millones y 8.000 millones de euros. Blanco justificó la no inclusión del Corredor Central de los Pirineos por el estado inicial del proyecto, que no tiene realizados ni los estudios mediambientales. Según Blanco la idea es incluir este corredor en la revisión de 2023, para que le dé tiempo a recibir ayudas.

Blanco estuvo presentando el proyecto durante todo el día de ayer en Santiago, Madrid, Zaragoza y Barcelona. En la Ciudad Condal aseguró que la designación del Corredor Mediterráneo como infraestruc- tura prioritaria ilustra que España ha pasado página al modelo "radial" de infraestructuras que la ha vertebrado desde el siglo XIX y que espera que el nuevo Gobierno que salga de las elecciones tras el 20-N respete este compromiso.

En este sentido, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, adelantó que, si Mariano Rajoy es el próximo presidente del Gobierno, el Ejecutivo central "cum- plirá" con los plazos de ejecución del corredor del Mediterráneo, aunque ha subrayado que es compatible apostar también por otros corredores ferroviarios.

Por su parte, La Generalitat se mostró tajante a través del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluis Recoder, al asegurar que "no quiere excusas", ya que su deseo es que el tramo catalán del Corredor Mediterráneo esté listo dentro de nueve años, en 2020. De esta forma, se abre una segunda "batalla" política para conseguir que el Gobierno priorice el Corredor Mediterráneo por encima de la opción Central, que conectaría Algeciras, Madrid y la frontera francesa.

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