
Los primeros pasos de la XIII legislatura catalana avanzan en dirección contraria a las peticiones del sector productivo de un gobierno fuerte y que proporcione estabilidad para la recuperación postpandemia.
La constitución este viernes del Parlament, con mayoría independentista, visibilizó ya la aspiración a retomar el avance hacia la ruptura y tensiones entre Junts per Catalunya y ERC y la CUP antes de que hayan llegado a un acuerdo para formar Govern, lo que siguen negociando -tienen hasta el 26 de marzo como plazo máximo para celebrar el primer intento de investidura a la presidencia de la Generalitat-.
De momento, lo que se votó este viernes fue la presidencia y la Mesa del Parlament, con Laura Borràs al frente y con cinco de los siete miembros designados pertenecientes a partidos secesionistas, incluida una silla por primera vez para la CUP, y ninguna para En Comú Podem, que se dan por descartados en un Govern con ERC y Junts. El PSC, que ganó las elecciones en votos y empató en escaños con ERC, sí tiene dos asientos: una vicepresidencia y una secretaría.
Borràs salió elegida con los votos de su partido (Junts) y de ERC, pero en su discurso no mencionó a su predecesor en el cargo, el republicano Roger Torrent, lo que no gustó a la formación liderada por Oriol Junqueras y Pere Aragonès.
Borràs sí alabó a la presidenta anterior a Torrent, Carme Forcadell, condenada por el 1-O, e hizo una declaración de intenciones: "Mi objetivo es continuar el trabajo allí donde ella la dejó, porque ningún tribunal ni ninguna prisión nos hará renunciar a sus ideas, a nuestras ideas".
"Sin separación de poderes no hay democracia y es nuestro deber mantener la inviolabilidad de este Parlamento, su independencia, no permitiendo injerencias de los otros poderes, ni del ejecutivo ni del judicial", remachó.
Borràs reivindicó que la legislatura iniciada ahora "debe marcar un punto de inflexión en el avance hacia la independencia de Cataluña, porque así lo han querido y decidido más de la mitad de los ciudadanos", en alusión a que, por primera vez, los votos independentistas superaron el 50% en las elecciones del 14 de febrero, con récord de abstención.
La CUP se abstuvo en la votación a la presidencia del Parlament pactada entre ERC y Junts, y reprochó la actitud del partido de Carles Puigdemont: "No ha sido correcto que hasta el último momento no se supiera el nombre -se anunció el jueves por la tarde- y no ha habido apertura de Junts para negociar".
También fue simbólico que la primera felicitación para Borràs la recibió del expresidente catalán Quim Torra, y lo primero que hizo Borràs tras los actos protocolarios de proclamación y toma de posesión fue una videoconferencia con Puigdemont.
Otra novedad de ayer fue la entrada de Vox en la Cámara catalana. Su líder, Ignacio Garriga, afirmó que serán para el independentismo la "peor pesadilla legislativamente, parlamentariamente, judicialmente y socialmente".