El contexto económico en que la pandemia ha sumergido la economía catalana desde casi el inicio del año ha determinado que la empresa pública de la Generalitat, Avançsa, haya cambiado los objetivos de su estrategia de inversión para destinar el 80% de su presupuesto anual, de 15 millones, a empresas en reconversión o reestructuración.
Esta política, que fue la base para impulsar la Empresa de Promoció i Localització Industrial de Catalunya, había dejado paso a un mayor número de operaciones en préstamos participativos para fomentar empresas tecnológicas y de innovación o eficiencia energética.
El futuro "pasa más por las nuevas líneas de inversión que por emplear recursos para reconversión en empresas más industriales, pero en el contexto actual de crisis a raíz del Covid-19 volvemos a estudiar muchos proyectos de la línea de reconversión y reestructuración que no pueden dejar de atenderse", explicar el director general de Avançsa, Josep Solà.
La finalidad de la línea de reconversión es apoyar, como hace desde su creación en 1985 y especialmente desde la crisis de 2009, a las empresas industriales que estén en una situación de dificultad por problemas en la cuenta de resultados, por caída de los ingresos, endeudamiento excesivo y que para el mantenimiento de la actividad precisan una reestructuración.
"Siempre se evalúa que exista un plan de viabilidad y que las inversiones permitirán reconducir su negocio y su balance para seguir con la senda del crecimiento", señala Roger Marti, director de inversiones de la empresa pública.

Desde los inicios de Avançsa, la Generalitat es accionista de Actius de Muntanya -que explota turística y deportivamente la estación de esquí Boí-Taüll- donde llevó a cabo además un plan de viabilidad e inversiones en 2014. También lo es de Comercial de la Forja (Comforsa) en la que el pasado agosto ha desembolsado 10 millones de euros para aportar liquidez a este fabricante de cigüeñales y ejes de tracción que ocupa 350 personas, y cuya producción se ha visto muy mermada a causa de la crisis de la pandemia.
Esta operación en Comforsa vino precedida, en 2018, de otra ampliación de capital por el mismo importe de 10 millones de euros en un nuevo plan de viabilidad, que con otra inyección de 4,5 millones en 2019 permitió reducir deuda y cerrar el último ejercicio en positivo, por primera vez respecto a los cuatro años precedentes. Un saneamiento que, tal vez, pondría rumbo a una desinversión, pero que la pandemia ha atajado.
Una veintena
En lo que va este 2020, la última adquisición participativa de Avançsa ha correspondido al fabricante de dispositivos quirúrgicos Neos Surgery, con un crédito participativo de un millón de euros -de una inversión total de cinco millones a la que también contribuye Jiadel Medical (socio de distribución internacional)- y con la que la Generalitat toma un 7,5% del capital de la firma.
Con Neos Surgery, son 20 las empresas con presencia de Avançsa en su capital, y casi una treintena a través de préstamos participativos.
"No somos un banco, somos una empresa pública participada por la Generalitat al cien por cien, que depende del departamento de Empresa y Conocimiento, por lo que nuestros recursos provienen directamente de las partidas presupuestarias y de la reinversión de los intereses que obtenemos de los créditos y de los dividendos, para dotar el fondo y reinvertir", destaca Josep Solà. También se nutre de algunas desinversiones. Entre las más recientes, "con el 10% de rentabilidad", según Roger Marti, la que se realizó cuando la estadounidense Certify compró Captio por 25 millones, a finales de 2018.
El director de Avançsa subraya que cualquier proyecto que aprueba el consejo de administración viene previamente avalado por los informes de órganos administrativos del Govern. En concreto, para empresas tecnológicas y de innovación las evaluaciones las realiza Acció (Agencia para la Competitividad de la Empresa) y el Icaen (Instituto Catalán de la Energía), para las de eficiencia y transición energética.
Público-privado
Estas entidades públicas son las encargadas de supervisar las operaciones de inversión en los programas como Innova Global, al que se dotó en 2019 de 25 millones de euros -ya asignados en su totalidad a 21 empresas [ver gráfico]-, Innova Crecimiento -destinado a empresas con tecnología disrruptiva- con un fondo de 2 millones; Innova Reactivación con 3 millones -para proyectos industriales que mejoren la competitividad y favorezcan la creación de puestos de trabajo- e Innova Tech Energy, con 8 millones para iniciativas sobre transición energética.
En conjunto, con diversas líneas de financiación, Avançsa ha dispuesto de 13 millones de euros en el periodo 2019-2020 para respaldar el crecimiento empresarial y alimentar el ecosistema de start-up tecnológicas en Cataluña, acompañándolas en la fase de lanzamiento de producto, crecimiento e internacionalización.
En estos programas de fomento a la innovación y la tecnología, las decisiones se toman siempre que hay una coinversión. "No invertimos nosotros solos, sino que lo que buscamos es un efecto multiplicador para impulsar el crecimiento de la compañía con una colaboración público-privada", señala Josep Solà y concreta que en la mayoría de las ocasiones se trata de fondos de inversión nacionales y extranjeros.
Formalizar coinversiones es "muy importante porque la existencia de un inversor privado refuerza la transparencia con la que actúa la administración, extrema su relevancia legal y financiera y, en definitiva, nos aporta más garantías como inversor público", concreta Solà.