
El fundador y director general de la firma Diverinvest, David Levy, considera que el impacto del coronavirus en los mercados bursátiles deja una situación en la que lo mejor es la prudencia y mantener posiciones de liquidez.
¿Qué le llevó de trabajar en banca internacional a crear su propia empresa?
Trabajé básicamente en el banco de inversión americano Merryl Lynch. Venía de familia textil catalana y mi padre me había inculcado la visión de empresario, y era una inquietud que tenía. Con mi propia firma de inversiones hago las dos cosas que me gustan, que es gestionar mercados y personas.
Nació en el peor momento, con la crisis financiera...
En 2006 empecé a ver que podía venir una crisis financiera, aunque no sabía que sería la más importante de la historia, y pensé que era buen momento para empezar desde cero, pudiendo crecer mientras otras entidades decrecían. Me fue bien porque nuestro modelo invita a cometer pocos errores, sin imposiciones desde una gran institución ni compromiso de repartir resultados, sino enfocado al cliente.
"Invertimos en todo el mundo, cero en España y en Europa cada vez menos"
¿Cuál es su tamaño actual?
Somos una veintena de profesionales de un nivel extraordinario, con muchos años de experiencia. Asesoramos un volumen de patrimonio líquido cotizado de más de 1.000 millones de euros, principalmente catalán, de familias, y algunas instituciones, religiosas sobre todo. Es una SLU y no hay comerciales, son personas dedicadas a carteras, a analizar. Invertimos en todo el mundo, cero en España y en Europa cada vez menos.
¿Por qué?
Europa no se ha subido al tren de la tecnología y no hay nuevas empresas que aporten valor como Google y Facebook en Estados Unidos, y Alibaba, en Asia. Nos centramos en activos líquidos cotizados (fondos, acciones, bonos, ETF), aunque en España también hay una tradición de inversión inmobiliaria muy arraigada, sobre todo en Cataluña, y hace tres años abrimos un departamento inmobiliario para dar apoyo a las inversiones que tienen los clientes actualmente. Nuestro cliente es bastante conservador, y busca rentas.
¿Qué les diferencia de otras asesoras patrimoniales?
Ser totalmente independientes. Cada mes contacto con 30 entidades por todo el mundo para pedir producto e ideas. Filtramos y profundizamos en cuatro o cinco inversiones y a veces no aprobamos ninguna, y nos fijamos mucho en el gestor como persona. Como no tenemos presión para invertir, si el momento no es bueno, propongo a mi cliente que invierta menos, porque tenemos una visión a medio y largo plazo.
"Nuestro perfil mayoritario es el de un empresario con patrimonio mediano significativo"
¿Cuál es su perfil de cliente?
No tenemos limitaciones, pero el perfil mayoritario es el de un empresario con patrimonio mediano significativo y que quiere apoyarse en un equipo externo profesionalizado para gestionar su patrimonio. Con el cliente nos sentamos a trabajar, tiene un papel activo. Nosotros somos como su copiloto, y podemos conducir un rato si él se cansa, pero le necesitamos a nuestro lado.
¿Y cómo se convirtieron en asesores para instituciones religiosas?
Con la crisis, en 2009, entramos en una entidad religiosa relevante de Barcelona a la que se le estaba hundiendo su cartera de inversiones, y como funcionamos por el boca oreja, nos fueron recomendando y fueron llegando más, porque les gusta nuestra filosofía de inversión.
¿En qué se distinguen los 'family offices' catalanes ?
La gran diferencia es el perfil de riesgo: invierten un 70% en inmobiliario y el 30% financiero, y de este 30%, en bolsa tiene un porcentaje muy bajo. En América es diametralmente opuesto al modelo español e incluso europeo: no tienen inmobiliario, todo es financiero, y se van a hacer private equity.
"Las bolsas han tenido subidas que no han ido acompañadas de un aumento proporcional de los beneficios de las empresas"
¿Les preocupa la situación actual?
Estamos bastante preocupados, porque cuando inviertes quieres que la economía vaya bien, y que haya un factor externo que está afectando a la economía de forma dramática, es malo. En el fondo, me da igual que sea el coronavirus que la guerra comercial entre Estados Unidos y China, va a afectar a la economía. Está claro que va a haber un impacto enorme en la economía, pero el problema es que la economía mundial ya de por sí está bastante maltrecha, porque el pasado de la crisis todavía no se ha recuperado y vivimos del apoyo de los bancos centrales, y esto no es bueno, es pan para hoy y hambre para mañana. Y ahora con el virus, otra vez recae la carga en los Estados, que ya estaban muy endeudados.
¿Qué recomiendan al inversor?
El mercado conceptualmente está caro, y la renta fija hace años que no paga nada en Japón, en Europa no es muy apetitoso, con tipos de interés negativos a diez y 20 años, lo que no es normal, y EEUU que era refugio, con esta última bajada de los mercados, el bono americano está al 0,9% a 30 años. Las bolsas han tenido subidas que no han ido acompañadas de un aumento proporcional de los beneficios de las empresas. El año pasado fue muy bien pero esto tiene un límite, y recomendamos tener muchísima liquidez. Siempre invertimos en activos de calidad, y en febrero encontramos que el mercado no nos ofrecía nada. Recomendamos desinvertir y ahora tenemos niveles del 40% de liquidez en las carteras.
¿Es el momento de la liquidez?
Ahora, pese a las caídas de los mercados por el coronavirus, sigo viendo caras a las empresas, aunque están un 20% más baratas. Intentamos ver el valor del activo. Creemos que es momento de estar tranquilos y guardar la liquidez para momentos mejores más adelante durante este año. Nunca compramos ni al mejor precio, ni vendemos al peor. Compramos un poco más tarde y vendemos un poco antes. Somos prudentes.