
Carmen San Martín cumple un año como presidenta del Consejo Regulador de Rueda, tiempo en el que ha logrado normalizar un órgano bloqueado por las divisiones y las luchas internas. Desde su cargo, defiende la decisión del Consejo de no limitar nuevas plantaciones pese al importante incremento de viñedos registrado en los dos últimos años. "No podemos limitar el crecimiento de una Denominación floreciente", asegura. Más información en la revista elEconomistaAgro
Hace unas semanas terminó la vendimia. ¿Qué balance hace?
Algo escasa, pero no nos podemos quejar en comparación con otras zonas. A nivel cualitativo y organoléptico ya se está viendo que es muy buena. Lo que vamos sacando en bodegas por analíticas y en catas está saliendo muy bien y yo, de lo que he tenido ocasión de catar, me gusta mucho.
¿Habrá problemas de enlace?
Nunca sabes lo que va a pasar. Depende del crecimiento que haya el año que viene. En existencias hay 15 millones de litros de la añada anterior y si sumamos lo que ha entrado, estaríamos en el mismo volumen que se ha necesitado este año. Teóricamente no habrá problema, pero tampoco sabes el crecimiento que va a haber.
¿Por qué no han pedido limitaciones a los nuevos viñedos?
En primer lugar, porque hay muchas plantaciones en marcha que, por retrasos de las Administraciones, no se han podido regularizar. Si no entraban en la Denominación, esa producción iba a convertirse en vino de la Tierra de Castilla y León. Y luego, porque entrar a limitar la capacidad inversora tanto de bodegas como de viticultores no nos parecía lo más oportuno, porque cada uno tiene unas necesidades. Hay viticultores que pueden poner 100 hectáreas y otros que van de dos en dos. Es más un tema de oferta y demanda que de legislación. Cada DO va adoptando soluciones en función de las necesidades que tiene. Cuando se nos habla de otras denominaciones hay que tener en cuenta, por ejemplo, que Ribera tiene 40.000 hectáreas y nosotros 16.000. Nosotros estamos teniendo muy buenos crecimientos de ventas. Luego, este año se ha dado la coincidencia de que ha habido una cosecha corta por la climatología -heladas, granizo y sequía- y que gracias a esas nuevas hectáreas que han entrado en producción se han paliado sus efectos.
Pero el crecimiento está siendo muy importante. ¿No les da vértigo?
Cada uno debe pensar lo que está haciendo. Nosotros no podemos entrar en ese tema desde un punto paternalista y entrar a decir a los inversores lo que tiene que hacer en su casa. A mí este año me han faltado un millón de kilos de uva. Un sector intervenido, con los ejemplos que tenemos, es negativo. Entiendo que si un inversor ha apostado por Rueda es porque considera que es una inversión rentable. Y él asume sus riesgos.
Pero si hay sobreproducción, ¿tienen planes alternativos o cree que el mercado va a absorberla sin mayores problemas?
Lógicamente, que pueda haber ajustes en el futuro entra dentro de toda la incertidumbre del mundo porque tú no sabes si de repente mañana viene una bodega de fuera y necesita 10 millones de kilos de uva. Desde el Consejo Regulador en lo que queremos incidir es en que hay que salir a vender, y esa es una labor principalmente de los operadores. Nosotros tenemos un plan de promoción, un plan de exportación a destinos en los que Rueda no está presente y hay un amplio campo de crecimiento. Aquí hay inversores que quieren instalarse y van a necesitar viñedo. Lo otro sería regular en lo que entiendo que no te compete, como es limitar un sector que es floreciente, que está recibiendo inversiones y que está generando empleo. ¿Que puede haber un momento de ajuste? Pues nadie lo sabe a priori. Ya parecía que iba a ocurrir hace unos años y de repente hace tres años nos enfrentamos a un periodo de escasez de uva. Aparecieron nuevas bodegas y lo que parecía un escenario de hecatombe fue todo lo contrario.
Siguen las inversiones
¿Sigue el interés de las grandes bodegas por instalarse en Rueda?
Sí, hay consultas a la hora de instalarse, pero nada en firme que pueda adelantar. Hay interés, como ha pasado a lo largo de los últimos años, de bodegas que estaban presentes porque embotellaban aquí y que finalmente se deciden a dar el salto. Su instalación también dependerá de las ayudas vía OCM, que parece que van a continuar y que puede decantar la balanza a nuestro favor.
¿Es Rueda hoy por hoy la DO más codiciada?
Me gustaría decir que sí (risas). Lo que es verdad es que Rueda recibe inversiones porque es una zona rentable y hay interés en el mercado por sus vinos y le queda todavía mucho camino por recorrer, no hemos tocado techo. Quizá estamos muy bien posicionados en el mercado nacional, pero en exportación hay mucho camino por recorrer. Este año, de cosechas cortas, no sólo en España, sino a nivel europeo, igual es una buena oportunidad para que tengamos entrada en mercados que no nos resultaban tan cómodos tradicionalmente. También depende del trabajo que haga cada uno. Nosotros insistimos mucho en ello. El Consejo hace una labor muy importante de promoción que intenta ayudar, pero al final la decisión firme tiene que ser de las bodegas. Estos años atrás era relativamente fácil vender en el mercado nacional y no se hacía ese esfuerzo para salir fuera. Creo que es el momento de que las bodegas apuesten por esos mercados y busquen nuevas líneas de negocio. Rueda tiene un debate abierto de nuevas categorías de vino a incluir. Creo que estamos renunciando a tipos de vino que están funcionando muy bien en los mercados, como los frizzantes o los moscato y que se están incorporando en los porfolios de los distribuidores y los importadores. ¿Por qué no apostar también por un tipo nuevo de elaboración de ese estilo? Hay muchas opciones.
¿Promoverá la inclusión de esos vinos?
Yo personalmente estoy abierta. Justamente hoy hemos enviado un recordatorio a todos nuestros operadores de que está ese proceso de pliego abierto, de recibir sugerencias. A mí personalmente me parece que hay que ser aperturista. Otra cosa es lo que termine decidiendo el Pleno, cuando se valore todo. Yo creo que la verdejo da muchísimas posibilidades de elaboración. Y hablo como bodega. Yo estoy haciendo muchas cosas que están fuera de DO y me gustaría que estuvieran, porque el paraguas de Rueda es muy fuerte y muy importante, me abre muchas puertas. Creo que es algo a estudiar y tener en consideración. Pero es mi opinión y otros piensan que no se debe perder ese carácter que nos ha hecho tan conocidos en el mercado. El buzón está abierto en la web y los operadores pueden dirigir todas sus opiniones, desde nuevas variedades, nuevas elaboraciones, nuevos tipos de vino. Llevamos 20 años con el mismo Reglamento y ha llegado el momento de modificar cosas. Las DO están para el control de calidad, pero no se pueden poner puertas a los mercados, porque fundamentalmente estás para vender. Creo que se tiene que tener una mente abierta y poder sumar, siempre sin perder tu identidad por el camino. Con equilibrio. Además, es una forma interesante para que, vía estos productos, más ligeros, más fáciles de beber, los nuevos consumidores se vaya familiarizando con el vino y puedan probar luego cosas más complejas.
¿Está participando la gente?
Hay un poco de todo. Me esperaba más participación. Y me gustaría que hubiera más porque el Pleno tiene que ser el catalizador de todas las opiniones.
No parece muy satisfecha con la labor comercializadora en el exterior de las bodegas...El éxito de ventas de Rueda es gracias a sus bodegas. Pero la exportación, que es muy lenta y muy cara, requiere de un impulso decidido desde los consejos de administración de las bodegas. Los resultados tardan en llegar y la gente desiste por el camino. Es muy complicado, pero hay que insistir. Luego son ventas más estables, a mejores precios, la relación con el cliente es más estable. No creo que lo hagan mal, pero lo que veo es que es un mercado abierto y que tienes muchas posibilidades.
¿Cómo esta yendo el plan de promoción conjunta con Ribera del Duero en Estados Unidos?
Los resultados tardan en llegar porque es un tema de imagen. Las bodegas tienen que estar detrás. Tú haces un esfuerzo porque se conozca la zona, el varietal, un estilo de vinos, pero luego tiene que estar un comercial allí para vender. Tienes que mandar a tu gente, manda a la gente a las ferias y hacer las catas. Estados Unidos es un mercado de futuro y tenemos que aprovechar la oportunidad que nos da la DO de ir presentando los vinos allí. Una vez que se conocen, como empresa te va a ser más fácil entrar. Es verdad que tres años en exportación no es nada. Se ha identificado también China para ir de la mano de Ribera del Duero. Luego la DO va a seguir con sus acciones promocionales por su cuenta y estamos en más de 20 países. A mí me gustaría concentrar un poquito más, pero fue una decisión que tomó el Pleno anterior y se decidió mantener una línea continuista un año o año y medio.
Bajo su mandato, lo que era un enjambre de avispas se ha convertido en una balsa de aceite. ¿Cómo lo ha hecho?
Me gustaría atribuirme el mérito (risas), pero no sería justo. Es una labor de todos y creo que al final todos estamos muy concienciados de que eso no se puede volver a producir y que tenemos que ir todos juntos de la mano para sumar. Una situación mala del pasado te puede lastrar el futuro. Ha pasado un año muy rápido y espero que la gente esté contenta con las cosas que hemos hecho.
¿Y usted está contenta?
Tengo que reconocer que supone mucho más trabajo de lo que te puedes imaginar cuando estás fuera, y en eso tengo que agradecer a mi empresa que me permita estar aquí. Pero esto es un trabajo de todos, las comisiones están ahí y el presidente al final participa un poquito en todo, pero es un equipo el que está detrás.
Todo el mundo habla del cambio climático y todo el mundo coincide en que el viñedo será uno de los cultivos más afectados. ¿Comparte esa inquietud?
Todos los que estamos en este sector tenemos que estar preocupados. Hemos tenido un ejemplo en esta vendimia y sigue sin llover. Desde el Consejo hemos tenido reuniones con la CHD y nos insisten en la necesidad de crear comunidades de regantes. Por nuestra parte se miró si se podía jurídicamente crearlas desde el propio Consejo, pero tenemos ahí un problema de objeto social y hay una imposibilidad legal. Pero hubiese sido una posibilidad de solucionar un problema que es global. También con la Junta hemos valorado la posibilidad de constituir una reserva hídrica para el viñedo, que ahora es un cultivo de secano, pero que necesita agua tanto para producción como por calidad. Todavía no han contestado y lo están estudiando. La idea es que se constituya un volumen de litros para el viñedo, porque aunque tenemos casi todo por goteo si te restringen, sería un problema.
El enoturismo se ha convertido en un importante canal de ventas. Desde el Consejo se ve que se están haciendo cosas...A mi es un tema que me encanta. Cuando salgo fuera soy una enamorada de conocer bodegas. El Consejo participa en la Ruta del Vino de Rueda y asume la vicepresidencia y nos gustaría que se sumaran más bodegas. Es verdad que hay muchos tipos de bodegas, algunas supervisitables y otras que por su propia estructura no lo son tanto o no quieren o no ven atractivo. Pero me parece un tema por explotar. Es dar a conocer tus vinos, tu zona, son prescriptores buenísimos. Y Rueda lo tiene todo, porque está bien comunicada, con Madrid ahí mismo.