
Hablar con Miguel Marinas levanta el ánimo. Con cuarenta y ocho años, este emprendedor vallisoletano no se lo pensó dos veces a la hora de capitalizar el año de paro que le quedaba para montar un negocio textil, sector en el que había trabajado como encargado de tienda durante los últimos 16 años. "Los 900 euros del paro apenas dan para pagar la hipoteca y decidí montar mi propio negocio. Capitalice el subsidio de desempleo que tenía y abrí mi propia tienda. Y me va medianamente bien". La ayuda de la sociedad de garantía recíproca Iberaval ha sido fundamental para dar el paso, ya que ha conseguido el aval necesario para conseguir un crédito para circulante que antes le negaban los bancos y a unas buenas condiciones.
Miguel Marinas reconoce que no ha recibido más ayudas. "Debía haber para todo el mundo, no sólo para los jóvenes. Yo ni las he mirado porque por su pequeña cuantía no merece la pena ni perder el tiempo. Hay amigos que me dicen que las han solicitado pero cuando les pregunto me dicen que no se las han concedido?.
Este comerciante sí reclama en cambio apoyos en las cuotas a la Seguridad Social o en el pago del IVA para aquellos emprendedores que están empezando. Marinas sí se ha beneficiado de la caída de los precios del alquiler para instalarse en pleno centro de Valladolid.
No duda ni un segundo en contestar cuando se le pregunta por el consejo que daría a otras personas en su misma situación. "Tengo tres o cuatro amigos y no paro de decirles que hagan algo pronto, que monten su propio negocio".
"Yo la verdad es que tengo que estar agradecido por no haber encontrado otro trabajo durante el tiempo que estuve en el paro porque ahora tengo mi propio negocio?. Es más, ya piensa ampliar su tienda Miguel Marinas Hombre, situada en la calle Claudio Moyano, y montar otra tienda para mujeres para ayudar a una amiga que está en el paro.