
La economía de Castilla y León podría crecer al menos un 5,9% en 2021 y un 6,1% en 2022, lo que permitiría recuperar el nivel de PIB previo a la pandemia a finales de 2022, según BBVA Research.
Esta mejora se apoyará en el avance de la vacunación, un entorno internacional favorable, el mayor dinamismo del consumo de los hogares castellano y leoneses, así como en el impulso que permitirán los fondos europeos Next Generation EU (NGEU). De cumplirse estas previsiones, la economía regional crearía, en promedio del año, unos 25.000 nuevos empleos entre 2020 y 2022, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 11,4% de media durante el siguiente año. En todo caso, la evolución de la pandemia y el reparto de los fondos europeos podrían condicionar la velocidad de la recuperación.
Según el último informe 'Situación Castilla y León', presentado hoy por Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, y Marta Alonso, directora de la Territorial Noroeste de BBVA, el PIB de la comunidad se redujo en 2020 un 9,8%, lo que supone un impacto de la crisis en la economía regional menor que el estimado para el conjunto de la economía española (-10,8%).
El mejor comportamiento relativo de la economía de Castilla y León en 2020 se explica, principalmente, por la menor corrección del gasto de los hogares, y el menor peso en su economía de los sectores de consumo social y del turismo extranjero, lo que contribuyó a un impacto final inferior en la demanda de bienes y servicios de la región. Todo ello, junto a la especialización industrial, agrícola y exportadora de bienes en Castilla y León habría permitido que el mercado laboral regional se viera algo menos afectado que el del conjunto de España. Aunque, según los datos disponibles, a cierre de 2020, la afiliación en la Comunidad no había recuperado el nivel prepandemia.
Aceleración en 2022
En el inicio de 2021, la actividad en Castilla y León y en España se habría reducido por los rebrotes de la pandemia, el brexit y el encarecimiento del petróleo. Según BBVA Research, la comunidad castellano y leonesa habría iniciado la recuperación en el segundo trimestre de 2021. En el tercero se observa un elevado dinamismo y el crecimiento del PIB regional podría ser mayor que el previsto hace unos meses, debido a la recuperación del consumo, tras decaer el estado de alarma en mayo.
Por sectores, destaca la aceleración del gasto en restauración, ocio y alojamiento. Por provincias, el levantamiento del confinamiento autonómico impulsó más el gasto en Ávila y Segovia, en las que podría estar influyendo favorablemente el consumo de de visitantes de la Comunidad de Madrid. Todo ello permitió que el gasto presencial con tarjeta en la comunidad fuera en agosto un 30% superior al observado en el mismo periodo de 2019.
Asimismo, las exportaciones castellano y leonesas de bienes mejoraron de forma progresiva en el primer semestre de este año, aunque en conjunto este avance fue inferior al observado en el conjunto de España.
Los datos disponibles muestran una recuperación generalizada en el segundo trimestre y en julio, impulsada por la demanda externa de automóviles y bienes de equipo, así como por las ventas a Europa.Para los próximos trimestres, BBVA Research prevé una aceleración de la recuperación apoyada en los progresos en la vacunación; la utilización del ahorro embalsado por las familias; la recuperación de la actividad en Europa; la aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; la llegada de los fondos NGEU, y las políticas expansivas del BCE. Todo ello, junto a una relevante capacidad de producción sin utilizar tras la fuerte caída del gasto, favorecerá el avance del consumo, del turismo y de la inversión, lo que impulsará la recuperación.
En este contexto, según el Servicio de Estudios de BBVA, en 2021 la economía de Castilla y León podría crecer al menos un 5,9% en 2021 y un 6,1% en 2022. Esto permitiría que el PIB regional, al final del próximo año, recupere el nivel de 2019, con una evolución similar a la media de España. De cumplirse el escenario previsto, Castilla y León podría crear, en promedio del año, unos 25.000 puestos de trabajo entre 2020 y 2022. Además, la tasa de paro de la comunidad se reducirá seis décimas hasta alcanzar el 11,4% en el promedio anual de 2022.
Factores de incertidumbre
El escenario de recuperación previsto podría verse afectado por diversos factores de elevada incertidumbre. En primer lugar, el control de la pandemia podría suponer un sesgo al alza en las previsiones, ya que permitiría mantener un crecimiento significativo del consumo privado. Por ello, será clave mantener ritmos de vacunación rápida, efectiva y masiva en España y Europa.
Pero también hay riesgos a la baja. En primer lugar, la escasez de materias primas, productos intermedios y chips informáticos está generando disrupciones en las cadenas de valor que pueden afectar a la producción en algunos sectores clave para la economía regional, como el automóvil. A esto se añade la necesaria transformación que vivirá el sector, en línea con los objetivos de sostenibilidad ambiental que persigue España.
Por otro lado, el coste de la energía se ha convertido en una fuente de preocupación para las familias y las empresas, particularmente para los hogares más vulnerables y para la industria más intensiva en el uso de electricidad. Las medidas recientemente adoptadas por el Gobierno contribuirán a reducir el coste sobre la actividad económica. Sin embargo, no se pueden descartar incrementos adicionales en el precio de las materias primas, un aumento adicional en el coste de transporte ante la falta de contenedores, tensiones en el mercado del gas o una mayor presión sobre la inflación como resultado del incremento en la demanda.
Finalmente, los últimos datos publicados por el INE parecen confirmar que la economía española se estaría recuperando a una velocidad inferior a la que se creía. Si esto se confirma, podría introducir un sesgo adicional sobre este escenario.
Además, existe el riesgo de no abordar las reformas necesarias que permitan crear las condiciones para una recuperación vigorosa, que facilite el máximo aprovechamiento de los fondos NGEU, y consistente con los objetivos medioambientales. La colaboración entre gobiernos, con un papel relevante de las autonomías, y el sector privado, será crucial para elegir y ejecutar los proyectos con mayor impacto sobre el empleo y la productividad, no sólo a corto sino también a largo plazo. Asimismo, la reforma de pensiones mejora la suficiencia, aunque no aborda la sostenibilidad, por lo que sus efectos dependerán de cómo se aborden los desequilibrios que persisten y la equidad intergeneracional.