Una de las cosas que ha revelado la crisis del coronavirus ha sido la alta capacidad de las empresas españolas para adaptar su experiencia y tecnología a las necesidades de la sociedad y ponerlas a su disposición de forma altruista.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en Industria Maxi, una compañía vallisoletana que hace medio siglo comenzó su andadura como un taller de mecanizado y hoy en día es un referente en el diseño y fabricación de bienes de equipo y maquinaria especial para distintos sectores, especialmente el de la automoción, pero también el alimentario y el aeronáutico.
En plena pandemia, la compañía decidió arrimar el hombro, comprar plástico y utilizar sus máquinas de impresión 3D para hacer protectores de pantalla y salva orejas para mascarillas para donarlas, algo que también hicieron a título particular en sus casas algunos empleados. "Me llamaban de la Junta para pagármelas, pero nuestra intención no era vendérselas", explica Ángel García, director general de Industrias Maxi, quien reivindica el nivel tecnológico de nuestro país. "En Castilla y León hay un polo de ingenierías impresionante, que aunque somos competidores también somos compañeros de viaje. Si en vez de cerrar como se hizo se hubiesen utilizado los medios que estaban ociosos para desarrollar este tipo de cosas hubiese permitido atajar la pandemia de otra forma y que no cayese la economía como cayó".
Fue solo el primer paso porque pronto comenzaron a desarrollar un respirador de bajo coste con las prestaciones de los que se utilizan en las UCI que ahora está en fase de validación. "Nuestro objetivo es que cueste unos 10.000 euros frente a los 50.000 o 60.000 euros actuales y estarían destinados a hospitales comarcales que no tienen unidad de cuidados intensivos o a residencias de ancianos, para que puedan ser utilizados por un médico no intensivista. Sabemos que es un sector muy difícil, pero creo que no va a ser la última pandemia y hay que evitar que se repita la mortalidad generada por el coronavirus", asegura Ángel García.
"La deslocalización tuvo su momento, pero hemos dejado que todo dependa de terceros países y, no nos engañemos, la pandemia ha puesto de relieve que Europa no tiene fuerza. Hay que darle una pensada y las empresas, pero también las administraciones, tienen mucho que decir. En Castilla y León lo que fija realmente la población es la industria. De ahí debemos aprender", añade el directivo.
"La deslocalización tuvo su momento, pero hemos dejado que todo dependa de terceros países"
Este año la compañía está recuperando el ritmo de actividad mermado por la pandemia, ya que uno de los principales problemas fue la imposibilidad de viajar. "Al inicio de 2021 sí hubo más alegría, pero ahora se está un poco en compás de espera, sobre todo en los grandes proyectos, porque se está esperando a los fondos europeos. Aunque tuvimos que recurrir a un Erte por causas productivas, lo hemos quitado y la gente está trabajando".
Industrias Maxi se ha convertido en un auténtico referente en el ámbito de la Industria 4.0 al especializarse en soluciones industriales integrales, ingeniería, automatización, robótica, mecanizados de precisión, montaje, soldadura y metrología. Industrias Maxi aplica sus proyectos en los sectores de automoción, alimentación, aeronáutico/aeroespacial, energías renovables y nuclear, defensa e industrial y trabaja con los principales fabricantes y con sus proveedores de primer nivel. "Pasamos de lo que sería la idea del proyecto, lo diseñamos, lo fabricamos, lo montamos en nuestras instalaciones y la llevamos a la empresa del cliente".
¿Las claves del éxito? "La seriedad y el mirar hacia adelante, anticiparte a los problemas. Por ejemplo en 2008, la empresa decidió invertir pese a que bajaron los proyectos gracias a que teníamos una situación bastante saneada. Luego crear un equipo, aunque suene a típico es real, que crea en la empresa y que sume. Y por último se trata de una empresa familiar, que tiene las luces largas, y con unos accionistas con ganas de que la empresa siga existiendo. Todo eso ha permitido diversificar tanto en sectores como en mercados y la internacionalización".
El accionariado de Industrias Maxi está repartido entre las cinco familias desde hace 52 años. Ahora, las segundas generaciones están integradas en la plantilla. "Los cinco directivos que trabajan están en el Consejo de Administración. Yo dependo de ellos allí pero ellos dependen de mí cuando están trabajando. Acertaron en la profesionalización de los puestos directivos", añade Ángel García.
Rebajas en los grandes proyectos
El pasado año, la pandemia redujo la facturación de Industrias Maxi hasta los 15,5 millones, frente a los 19 millones de 2019, una cifra "que no está mal para lo que estoy viendo en la competencia". A los problemas de movilidad, se unió el hecho de que los grandes proyectos de los fabricantes se congelaran y no se retomaran hasta meses después, "pero con bajadas de la inversión de hasta el 30% y sin reducir requerimientos". La compañía cuenta a día de hoy con 138 trabajadores.