Capital Riesgo

Los fondos alertan del efecto 'zombie' de los créditos ICO en empresas con dificultades

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Los fondos alertan de una "cascada" de liquidaciones en empresas que acudieron a los acreedores públicos como el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y no han reestructurado todavía su balance. A ello hay que sumar que las exigencias de la reforma de la ley prevista para facilitar las reestructuraciones societarias no convencen a las compañías de deuda alternativa. Para salvar ambas situaciones, reclaman la participación de asesores en los procesos públicos o más preacuerdos que eviten el concurso. Son las conclusiones que se extraen del coloquio que mantuvieron Manuel Roca de Togores, socio fundador de NK5, e Ignacio Novela, socio fundador de Terram Capital, en el marco del III Foro de Reestructuraciones de 'elEconomista.es'.

Para el primero, "el espíritu de la ley es positivo", acorta los plazos, delimita los pasivos y ayuda a que las empresas puedan conservar su valor en un momento delicado. Pero su traslación a la práctica "es más compleja", porque introduce riesgos adicionales como la necesidad de preservar la actividad y el empleo.

A juicio de Roca de Togores, este mandato "es inaplicable y crea una barrera injustificada que impone estas limitaciones al comprador", algo que será rechazado mayoritariamente al tener que asumir esos riesgos. "La práctica acabará eliminándola por inútil y desincentivadora", destacó. En la misma línea, Novela consideró que "obligar a mantener a la gente en una unidad productiva desincentiva que pueda ser viable en unos años".

La prueba de cómo la ley no ha supuesto un cambio radical está en la cifra de transacciones, que, en opinión de ambos, se mantiene en los mismos niveles de antes de su entrada en vigor. "La sensación es que no hay más UPAs que antes, ni la velocidad de los procesos ha aumentado, sino que la ley es un gesto de última voluntad, no se ha convertido en una herramienta de reestructuración", añadió el portavoz de NK5. En la misma línea, su homólogo de Terram reconoció que "tenemos la misma actividad que antes del Covid".

El potencial del prepack

Para salvar estas dificultades, Novela aboga por potenciar la figura del prepack, un preacuerdo entre empresa y sus acreedores para vender los activos a un tercero antes de entrar en el proceso de insolvencia. Aunque lamentó que, "salvo en empresas con un management muy sofisticado, no existan en España, porque un accionista siempre ve mas valor en su empresa del que ven los demás".

"Casi todas las empresas acaban tropezando con el capital flotante. Confían en que los bancos les apoyen, pero acaban llamándonos cuando tienen problemas serios de liquidez. Ahí ya vemos el deterioro, y el riesgo que estás dispuesto a ofrecerles no es el mismo", señaló.

Ambos ejecutivos se han mostrado recelosos del portal público de liquidaciones puesto en marcha junto a la nueva norma para tratar de lograr reestructuraciones más transparentes. Para Roca de Togores, los procesos competitivos que se tratan de lograr con esta fórmula no se darán porque "el tiempo y coste de los equipos necesarios para estudiarlos desincentiva a los compradores al generar un lucro cesante".

Su homólogo de Terram Capital considera que "aunque esté hecho para incentivar la competitividad, en casos complejos la desincentiva. Está muy bien que haya transparencia, pero si se publicita una venta, deberían mandatarse asesores especialistas, porque se genera mucho ruido y da lugar a operaciones desordenadas e ineficientes", expresó.

Operaciones más rápidas

Ambos directivos concordaron en la necesidad de que estas operaciones se resuelvan rápidamente: "Cuando tratas de eliminar todas las capas de incertidumbre y complejidad que tiene la transacción, tomas una decisión y su ejecución ha de ser muy rápida, porque el valor de una unidad productiva se deteriora muchísimo en el tiempo. Sobre todo a partir de cierto momento, cuando la ausencia de caja puede tener una incidencia terrible en operaciones", exclamó Roca de Togores.

La participación de acreedores públicos como el ICO, la SEPI o Cofides en este tipo de procedimientos fue objeto de debate por la dificultad de negociar con ellos, dada su ausencia o su enorme peso en las decisiones en caso de tener un gran peso en los balances. "Su presencia añade un factor de complejidad a las operaciones e introduce un cierto conflicto de interés. Te la juegas a que no acepten la operación", expresó Novela.

Precisamente, su presencia habría provocado el retraso de muchos procesos de reestructuración, a juicio del portavoz de Terram Capital, "porque si bien era una medida necesaria y evitó una debacle en las empresas, no distinguió entre las que lo necesitaban y las que ya estaban mal, creando muertos vivientes que antes o después acabarán siendo reestructuradas". Esas empresas, que a su parecer "debían haber caído, van a llegar a liquidación sin haber sido reestructuradas antes", una situación que llegará "en cascada", algo que podría dar lugar a "una crisis industrial y de empleo muy gorda", según Novela.

La presencia de ICOs en los balances, un desapalancamiento que no se ha producido en muchas empresas y una deuda privada general con una vida media muy alta dará lugar a "decenas de millones de euros por negociar", algo que se hará "con ayudas públicas", según el portavoz de NK5. "Si se da una patada para adelante, costará dinero público pero tendrás el mismo problema subyacente. Adelantarse sería, por una vez, una gran noticia para preservar el valor de las compañías", reseñó el socio de Terram.

Casos de éxito

Roca de Togores recordó uno de sus últimos casos de éxito: la compra del grupo capilar Svenson por NK5, que, a su juicio, "cumplió los objetivos que nos pusimos al principio de la operación, pero los tiempos del proceso fueron demasiado largos" debido a varias incertidumbres como la huelga de letrados de Justicia.

"Lanzamos una oferta no vinculante en diciembre, convertida en enero a propuesta de adquisición junto al lanzamiento del concurso de acreedores y tuvimos la suerte de que el negocio subyacente no se vio afectado. El cliente final no sabe si una compañía está en concurso o no, pero si hubiera sido un cliente industrial no la hubiéramos hecho", explicó.

Por su parte, el socio fundador de Terram Capital expuso la refinanciación de la deuda del mayor hotel vacacional de Cataluña, una operación que mostró "lo bueno y lo malo de los procesos concursales en España". Novela reconoció que su entrada se produjo en una fase concursal "incipiente", donde "tocó decirle a la familia que no podían seguir gestionando sus hoteles para estabilizar la empresa".

A su juicio, el error de estos propietarios fue declarar el concurso de acreedores en vez de sentarse a negociar con el fondo propietario de su deuda, que en un momento dado empezó a ejecutar sus activos. "Creían que les protegía y que ganaban tiempo, pero no se dieron cuenta de que sus activos se depreciaron instantáneamente, porque bancos y proveedores empiezan a ponerse nerviosos".

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