
Losán, uno de los principales grupos madereros de España y compañía rescatada por la SEPI con motivo del coronavirus, vive un momento complejo. La empresa gallega ha iniciado negociaciones con sus acreedores para reestructurar toda su deuda, que se cifra en aproximadamente 200 millones de euros. La empresa ha solicitado formalmente protección en los juzgados ante las reclamaciones y potenciales ejecuciones de garantías, con la petición de un experto independiente (artículo 585 de la Ley Concursal), en un movimiento similar a la solicitud de preconcurso ante la posible insolvencia de la empresa.
Para coordinar la negociación se postulan varios candidatos. De un lado está FTI, experto en esta materia y habituado a misiones similares en compañías como Naviera Armas o la agrolimentaria Siro. Esta entidad, que cuenta con el visto bueno de la compañía y la banca, podría ser desplazada por Kroll, que ha sido propuesto por otro de los acreedores de la compañía, de acuerdo a las fuentes consultadas por elEconomista.es, e incluso ha recibido la autorización del Juzgado de lo Mercantil número 3 de A Coruña.
Losán atraviesa momentos de turbulencias desde que una de las entidades bancarias de su pool decidiera el pasado mes de noviembre cortar la financiación en corto. En el grupo de entidades expuestas figuran Santander, Abanca y BBVA. La banca ha movido ficha por su parte y se ha puesto en manos de Deloitte, que será el encargado de coordinar el IBR (Independent Business Review, por sus siglas en inglés) de Losán, y de Freshfields, que presta apoyo desde la vertiente legal.
El planteamiento de la compañía es llegar a un acuerdo en los próximos meses sin llegar a solicitar una quita a sus acreedores y, en cambio, optar medidas menos agresivas como reordenar las fechas de vencimiento de la deuda. El cambio en el calendario es clave, pues Losán está a la espera de que aumente su capacidad productiva en los próximos meses tras las distintas inversiones acometidas en años anteriores.
Un portavoz de la compañía explica a este medio que Losán "se encuentra en un proceso de reestructuración financiera puntual con el objetivo de consolidar el crecimiento de la compañía, potenciar la expansión del negocio y preservar los más de 1.600 empleos con que cuenta en la actualidad". Este proceso de reestructuración, añaden, "es una decisión estratégica de la compañía que va a permitir fortalecer su posición financiera, así como garantizar su crecimiento y preservar los puestos de trabajo".
La compañía afronta esta situación causada por el contexto económico internacional, que ha sufrido un importante deterioro a raíz de la pandemia y, posteriormente, como consecuencia de diversas tensiones geopolíticas que han provocado un incremento de la inflación, el aumento de los costes de materias primas y de la energía. "Estos aspectos han impactado directamente en el negocio de Losán, al producir un incremento significativo de los costes del proceso de producción (principalmente energéticos y logísticos) frente a un descenso de la demanda y de los precios de venta", explica la empresa.
Ayuda de la SEPI
Entre los acreedores de la compañía figura también el Estado. Está presente a través de la SEPI, que prestó 35 millones de euros en una ayuda desde el Fondo de Solvencia para Empresas Estratégicas (FASEE), canalizada a través de un préstamo participativo por un importe de 21,6 millones y otro ordinario de 13,4 millones. Los grandes vencimientos de estos préstamos están fijados para 2027 y 2028 y entre sus condiciones está la pignoración de las acciones de filiales, la hipoteca mobiliaria de algunas marcas y bonos del Banco Santander.
La entidad que preside Belén Gualda destacó que Losán es referente "en el sector de la madera a nivel nacional, Losán es una compañía estratégica para las economías de Galicia, Castilla y León y Castilla-La Mancha, debido a la generación de empleo directo e indirecto, a sus políticas de sostenibilidad medioambiental y de diversificación de productos, y a su intensidad inversora" para justficar la ayuda.
Empresa referente
Con presencia en países como Chile, Estados Unidos, Países Bajos y Rumanía, Losán es una de las principales empresas madereras del país. En 2019 facturó 332 millones de euros, obteniendo un resultado de explotación de 25,7 millones de euros. Pero la crisis ocasionada por la pandemia impactó en sus cuentas, reduciendo su facturación hasta los 284 millones y reduciendo su ebitda prácticamente un 60%, hasta los 10,6 millones de euros.
Las últimas cuentas disponibles son del año 2022 y muestran ya una recuperación notable. Ese año la compañía facturó más de 350 millones de euros, siendo un ejercicio récord para el grupo. El ebitda, no obstante, fue de 42 millones, un 12% menos que en 2021, y las ganancias finales fueron de aproximamdamente 10 millones de euros. La ratio de la deuda financiera neta sobre ebitda era de 4,16 veces, lo que supone un incremento frente al ejercicio precedente.