
Los plataneros de Canarias encaminan 2021 con problemas de relaciones sentimentales con Bruselas después de 30 años de idilio aunque formalmente la protección del mercado europeo data de algo después, de 1993, cuando Pedro Solbes era ministro de Agricultura y defendió un esquema de protección que, con el paso del tiempo, ya no seduce tanto en la CE como aquella vez en la que los plataneros de las islas, con el respaldo de los primeros ministros irlandeses Ibert Reynolds y John Bruton, rompieron el aislamiento de Francia, España y Portugal en la defensa de este cultivo en las islas frente a los frugales consumidores del norte.
El presidente y el gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) Domingo Martín y Sergio Cáceres, respectivamente, apuntan que para el sector no es asumible establecer un precio mínimo del producto como se dice en el proyecto de reforma de la ley de calidad alimentaria. El sector se opone a que se permita vender a pérdidas el plátano porque, según ha dicho el gerente de Asprocan, el mercado no pagará el precio mínimo y los productores canarios tendrían que dejar de comercializar millones de kilos o incumplir la ley, algo que no quieren hacer.
Hasta verano de 1993 en la UE convivían tres mercados: mercado europeo, países ACP y entorno dólar. Los del mercado europeo eran Francia, España, Portugal y Grecia. El negocio se diferenciaba entre los que aplicaban barreras preferenciales y los liberalizados y donde sus importadores operaban en Alemania, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Irlanda y Luxemburgo. Por eso, lograr que Irlanda se sumase a las tesis de los plataneros de España fue clave.
El romance entre Bruselas y los plataneros canarios no fue una ecuación fácil. La producción de plátano y banana en las RUP de la Unión Europea ronda las 700.000 toneladas. En 20121 la oferta actual, no obstante, es insuficiente para cubrir la demanda de 6,5 millones de toneladas del mercado europeo. Entonces, esa defensa sería más complicada que la de ahora. Para Carolina Luis Luis, licenciada en Economía de la Universidad de La Laguna, "desde la puesta en marcha de la OCM del plátano en julio de 1993, el sector platanero canario ha estado sometido a una constante adaptación conforme a los numerosos cambios en la normativa reguladora de este producto". A su juicio, "el producto isleño está asistiendo a una progresiva pérdida de cuota de mercado en beneficio de la banana que se ha visto acentuada sobre todo después de 2006". En el año 2005 la banana abarcaba el 24 por ciento de la oferta total disponible y en 2014 ya representaba el 53 por ciento de la oferta disponible aparente.
El respaldo de los irlandeses a los plataneros canarios vino de la mano de los industriales de Canarias que, de la mano de la láctea JSP, socios de Lakeland Dairies Group es una cooperativa láctea irlandesa con sede en el condado de Cavan, permitió consolidar el apoyo de Francia, dado que la protección agraria de sus producciones insulares de territorios de Ultramar. En 1995 la OMC estableció un nuevo contingente para terceros países y productores ACP de 2 millones de toneladas a 2,2 millones de toneladas. Pero Estados Unidos, Ecuador, Honduras, Guatemala, México y Panamá denunciaron nuevamente a la UE en el año 1996 ante la OMC porque el régimen de importación de bananos establecido desde julio de 1993 restringía injustamente la entrada de su producto a la UE.
Tres décadas después Canarias aglutina el 50 % del empleo que genera la producción de plátano y banana en las Regiones Ultraperiféricas (RUP) de la Unión Europea, con 15.000 puestos de trabajo entre directos e indirectos sobre un global de 30.000, según fuentes sectoriales. El plátano de Canarias, con Indicación Geográfica Protegida, es una de esas producciones y su aportación a la economía de las islas es relevante, ya que mantiene 12.000 puestos de trabajo directos y más de 3.000 indirectos, y cuenta con 9.000 productores. La producción de banana en Guadalupe y Martinica depende de 600 agricultores, con 6.000 trabajadores directos y 4.000 indirectos; mientras que en Madeira ese mismo cultivo sirve de sustento para 2.800 productores y genera 5.000 trabajadores directos e indirectos.
El presidente de Asprocan, Domingo Martín, ha asegurado que fijar un precio tiene graves inconvenientes para el plátano, y ha apuntado que Asprocan representa a todas las entidades de producción y comercialización de dicha fruta y todas opinan que la propuesta de reforma de la ley ofrece resultados "tremendamente negativos". A su juicio, establecer un precio mínimo se asocia a la venta de un volumen determinado, y si hay ese precio mínimo muchas toneladas de plátano tendrán que quedarse en Canarias para cumplir la ley, ya que el mercado no lo pagaría.
El gerente de Asprocan, Sergio Cáceres, ha insistido en que el sector platanero quiere competir en igualdad de condiciones con el de la banana, en el cual, ha apuntado, las condiciones económicas y sociales son muy inferiores. Sergio Cáceres señala que para la reforma de la ley se ha traspuesto la directiva comunitaria, con la que Asprocan "no tiene problema alguno", pero que, ha añadido, en la propuesta de la reforma de la ley no se cumple, pues ha recordado que en el tratado de la UE se reconoce la necesidad de establecer políticas que ayuden a paliar las limitaciones de las regiones ultraperiféricas como Canarias. También ha subrayado que el mercado de la banana es mundial y en España pueden vender a pérdidas porque representa el 1 por ciento del total, mientras que el plátano tiene ese único mercado.