
De la recuperación en forma de uve en Canarias ya nadie habla. 100 hoteles puestos en venta; pero una oportunidad para que el capital canario aumente su presencia en el negocio del turismo con productos financieros adaptados a la norma que recoge la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) que entra con ampliaciones de supuestos muy concretos al hilo de los PGE de 2021. Canarias afrontaría los próximos años "con pseudrecuperaciones y marchas-atrás en forma de montaña rusa ("W" múltiple)", advierte el analista de mercado turístico Antonio Garzón.
El Gobierno de Canarias no da por perdida la temporada turística de invierno, de la que quedan apenas unos meses hasta Semana Santa, y a pesar de que en los dos primeros, noviembre y diciembre, apenas se ha alcanzado el 15% de visitantes del año pasado, el objetivo es llegar al 30%. La previsión es concluir 2020 con 4,6 millones de turistas e indicó que hasta octubre habían llegado 4.181.000. Una cifra de 4,8 millones de turistas que ubica a las islas en 2020 a niveles de 1988. Sólo al 15% de los 2,6 millones de visitantes de 2019 en los últimos meses del primer año del Covid19.
Para Antonio Garzón Beckmann, gerente de la consultora Nutrihotel, el escenario actual es similar a la crisis del periodo que hubo entre 1988 y1991, "causada básicamente por la entrada masiva de camas en el mercado canario a mitad de los 80, en una franja muy concentrada de tiempo (1985-89: +62% de camas turísticas)". Esto se generó con una "subida general de precios en España" (gastos extras) "y la devaluación de la imagen del destino (mayor concienciación ecológica)". Hasta que en 1991 se volvieron a alcanzar cifras de altos crecimientos, "favorecido por las Guerras del Golfo y de Yugoslavia".
A su juicio, entre 1988 y 1991 Canarias asumió "un desfase temporal entre oferta y demanda" aunque "las nuevas camas necesitaron poco tiempo para encontrar su sitio en el mercado, pues Canarias estaba en plena fase de crecimiento", mientras que "en la actualidad no se puede hablar de un desfase sino de un anulador temporal de la demanda, estando la recuperación condicionada a la puesta en el mercado de la vacuna, pero sin olvidar que la pérdida de turistas ahora es mucho mayor".
20 años después, en 2008, llega la crisis inmobiliaria y los efectos de la primavera árabe pero el impacto en los isleños genera que el paro pasara del 35% al 20% porque "fue una crisis sobre otra crisis, una económica sobre otra de destino, pues Canarias estaba desde el 2000 en la etapa de madurez con visitantes estancados o en descenso", señala Garzón.