
Las islas Canarias siempre han sido una plataforma de negocios de capitales internacionales pero los primeros en llegar a ellas no fueron los británicos como la gente cree sino los alemanes. Actualmente, en plena crisis por el coronavirus, las islas se debaten sobre qué modelo de exportación de turismo desarrollar producto del reseteo de la industria por primera vez desde sus inicios en 1958. Un operador turístico alemán, TUI tiene el 46% del negocio de las islas y la responsabilidad de liderar junto a los isleños un formato de turista, especialmente entre angloparlantes, que gaste más dinero en el archipiélago. Los alemanes adelantaron a los ingleses en once años.
En las islas hay empresas punteras alemanas que comparten ahora la reconstrucción de las islas como Fairplay Towage en el sector naviero, Enercon en el eólico, Siemens en futuras redes de transporte ferroviario previstas o las históricas Flick Canarias, que este 2020 cumple 90 años de presencia en las islas o Sea Side de Theo Gerlach, un visionario del turismo de calidad que llegó a Canarias casi por casualidad hace algo menos de 50 años. Apenas una quincena de empresas exportan desde Canarias a Alemania: Vicasa, bodegas El Grifo, Nordfrost, la tabaquera JTI, Euluan, Autos Cabrera Medina, Rainer Mauritz, Atlantic Trader, Valson Trader, Ecoiman, o Plantec. Las islas exportan turismo aunque ese mercado tiene su facturación en un 80% en origen. Ahora la inversión alemana viene a las islas impulsada por atractivos que ofrecen la Zona Especial de Canarias como antes fue por los puertos francos.
Antes del turismo el capital alemán ya estaba en las islas. Su origen está a principios del siglo XVI cuando los Welser de Augusburg empezaron a realizar tratos con Canarias al tiempo que se ejecutaba la Conquista de las islas. El negocio era exportar azúcar, del que Canarias con Madeira eran líderes europeos porque ser un ingrediente clave para conservar alimentos. El diario de uno de los agentes comerciales de la banca Welser, Lucas Rem, refleja que estuvo viajando por nuestro país entre 1502 y 1508 captando negocio. Se estableció en Lisboa vía Amberes, donde impulsó la cotización del azúcar en esta plaza financiera con conocimiento de canarios.
El lugarteniente de los Welser se encontró en Madeira con sus compatriotas Leo Ravensuburger y Hans Schimidt, gestores del molino de azúcar de Funchal, que también contaba ya con mano de obra de Canarias en regimen similar a lo que hoy serían empresarios autónomos. Designó a Jacob Holzbock jefe de la plantación con el apoyo de Bartholome Kelli. Desde Madeira el 15 de septiembre de 1509 el grupo de alemanes llegó a Tazacorte, isla de La Palma, donde Renr organiza la finca de azúcar que explotaría con el respaldo de las autoridades de la isla. Apenas había terminado la Conquista de la isla.
La presencia de los alemanes en este circuito industrial azucarero es breve. Jacob Groenenberg, un mercader de Colonia que en Lisboa se presenta con el apellido Monteverde, se hizo con la producción canaria en marzo de 1513 por 5.600 euros. Acto seguido encargó a Johann Eickelhoener visitar La Palma y vigilar la producción.
Groenenberg tenía barcos propios y canalizaba exportaciones. En Canarias deja como embajadores a Emanuel Laurenz Schwarz y a Johan Helman. Murió en 1532 y su viuda subcontrata a Guilleaume de Buys, de Amberes, las exportaciones de ese año: 110 toneladas de azúcar de La Palma. La base de Canarias fue empleada después por los alemanes para tomar a partir de 1533 lo que hoy es Venezuela al tiempo que Nicolaus Federmann, conocedor de las formas de negociar de la época intenta ser gobernador.
Las relaciones se fortalecen aunque todo el circuito financiero y técnico es alemán. En 1590 el tráfico comercial de buques entre Canarias y Hamburgo ya cosa normal y en 1605 un alemán de nombre Johann Abendrot ya abre un primer negocio en Gran Canaria para poder triangular mercancías con las Indias desde Hamburgo. El objeticvo fue crear una línea marítima con La Habana y conectar el norte de Europa sin pasar por Sevilla. El Consejo de Indias se negó para evitar contrabando de vinos. En 1690 Alemania establece un consulado oficial en Canarias.