
En las islas Canarias el Ejército de Tierra mantiene el pulso para acabar con el Covid19. Los efectivos del teniente general Carlos Palacios Zaforteza, jefe del Mando de Canarias, trabajan ahora preparando el horizonte de la reconstrucción de la seguridad del turismo en las islas. Canarias ya vive mejores días en términos sanitarios desde que comenzó el estado de alarma en vísperas de que se examine la capacidad de las islas más pobladas para pasar a la fase 1 de desconfinamiento: apenas hay nuevos casos. Pero ahora llega el confinamiento económico con medio millón de efectivos laborales en el aire entre trabajadores y autónomos. En las trece islas, ocho pobladas con 2,15 millones de habitantes, se presenta una tasa de incidencia de esta enfermedad en la población de Canarias baja a 6,36 casos diagnosticados en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes, la segunda menor de España, tras la de Murcia, que presenta una tasa de 2,88.
El soldado Juan Aguilar es uno de los miles de efectivos que participa en la Brigada Canarias (Brican XVI). El soldado Aguilar, destinado en el Regimiento de Artillería de Campaña 93, su participación en la 'operación Balmis' desde la declaración del estado de alarma el 14 de marzo. Aguilar ha participado en los trabajos realizados en Tenerife y La Gomera. Su labor, dentro de la operación, se ha centrado en la descontaminación de instalaciones, presencia y disuasión en zonas de tránsito público, y concienciación de la población civil. «Mantuvimos una instrucción previa, aunque nuestra unidad ya contaba con formación en procesos de descontaminación radiológicos, nucleares, biológicos y químicos», asevera.
Los isleños con los que ha coincidido destacan que si por algo ha destacado este militar, ha sido por su trato cercano y atento, que ha servido para transmitir tranquilidad y ánimo a los vecinos de la isla La Gomera y Tenerife. "En el caso de La Gomera, es importante mostrar empatía, ya que es un paraje en el que están acostumbrados a estar tranquilos y se requiere de una labor de concienciación", explica. No obstante, destaca la cercanía de la gente y el agradecimiento a su labor: "nos llegaron a ofrecer café y pastas", subraya.
El soldado, de 28 años, no duda en ofrecerse voluntario para cualquier misión en la que se le requiere, sin importarle exponerse al riesgo y anteponiendo siempre el sentido del deber a cualquier situación personal. Nacido en Venezuela, y de familia canaria, no ha querido dejar pasar la oportunidad de ayudar en estos momentos tan complicados. "Siento la satisfacción personal de haber participado y haber aportado mi grano de arena", aostilla. Recuerda que la 'operación Balmis' es la situación más difícil que ha tenido que afrontar, sin embargo, con servicio, sacrificio y valor sabe que todo se puede conseguir.