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El sueño espacial continúa con ayuda de la energía

  • La aventura aeroespacial ha afrontado siempre momentos de superación, y la llegada a la Luna en julio de 1969 es buen ejemplo de ello. España, que jugó un papel clave en el hito alcanzado por los astronautas del Apolo XI, desarrolla hoy proyectos innovadores para acercarnos al sueño de vivir en lugares extraordinarios
Nuria Hueso Gutiérrez

"Houston, aquí base Tranquilidad. El águila ha aterrizado". Estas palabras dieron la vuelta al mundo en 1969 acompañadas de unas imágenes que pasarían a la historia. Las pronunciaba Neil Amstrong, la primera persona que puso un pie en la superficie lunar. Una efeméride en la que España tuvo mucho que ver.

De hecho, fue un español el que escuchó antes que el resto del mundo esta célebre frase que ha pasado ya a la posteridad. "Lo oímos en Fresnedillas medio segundo antes. Yo supe antes que Houston que Neil Armstrong había posado la nave en la Luna", así lo explicaba Carlos González (1946-2024), jefe de Operaciones de la antigua estación de la NASA de Fresnedillas de la Oliva en Madrid, que jugó un papel decisivo para coordinar el éxito de la misión Apolo XI.

El ejemplo de Carlos González ilustra los primeros pasos del sector aeroespacial en España. Seis décadas después, un grupo de científicos e ingenieros españoles están desarrollando diversas soluciones para afrontar algunos de los principales retos del sector, que van desde la reducción de la basura espacial a la fabricación de cohetes con menor huella de carbono. Parece complejo, pero este es el reto que se ha propuesto la empresa alicantina PLD Space. Junto a Repsol, la compañía de ingeniería aeroespacial está trabajando en que su próximo cohete, el Miura 5, cuyo lanzamiento se espera para finales de este año, sea impulsado por combustible 100% de origen renovable.

Carlos González Pintado (1946-2024), exjefe de Operaciones y subdirector del Complejo de Comunicaciones Espaciales en Madrid de NASA

Tras el lanzamiento del cohete Miura 1, PLD Space sigue avanzando en el desarrollo de cohetes reutilizables, y se ha propuesto dar un paso más en el sector aeroespacial de la mano de la tecnología de Repsol. El bioqueroseno para aviación ha abierto la puerta a nuevos proyectos para Raúl Verdú, cofundador de la empresa, y su equipo. Este combustible se produce a partir de residuos orgánicos como aceites de cocina usados, y en el futuro también podrá fabricarse con hidrógeno renovable y dióxido de carbono (CO2). Cada día están más cerca de hacer despegar el Miura 5, que será su primer cohete orbital impulsado por combustible 100% renovable.

En la nave ubicada en Elche (Alicante) donde se fraguan sus proyectos, tienen muy presente la cuenta atrás hacia el próximo lanzamiento. Esta empresa que se autodenomina "transportista de satélites", lleva la innovación en su ADN y viven con expectación este hito para la innovación aeroespacial. Desde su creación en 2015 por dos jóvenes universitarios, PLD Space se ha convertido en un fabricante aeroespacial y proveedor de servicios de lanzamiento de pequeños satélites al espacio.

Sede de PLD Space en Elche (Alicante)

Desde 2019, de la mano de la Agencia Espacial Europea, esta empresa está desarrollando una innovadora tecnología pensada para recuperar y reutilizar los cohetes espaciales, el único vehículo que solo hace un viaje de ida a lo largo de su vida Raúl Verdú subraya que esto "es algo que no se había hecho hasta la fecha". Esta tecnología basada en paracaídas, "permite hacer que el cohete sobreviva una vez que cae el agua y unas grúas barco lo traerán de vuelta a la tierra". Un sistema ideado para, no solo incrementar la rentabilidad de los despegues, sino evitar que los restos de cohetes se conviertan en residuos.

Raúl Verdú, cofundador de PLD Space

Descubrir los secretos del universo desde la órbita de la eficiencia

Y es que el sector aeroespacial lleva ya mucho camino recorrido mejorando su eficiencia. Sin ir más lejos, la Estación Espacial Internacional funciona con energía generada por paneles solares. Carlos González recordaba al hablar del abastecimiento energético de esta estación que "estamos muy cerca del sol, por lo que es una ventaja grandísima". La Estación Espacial Internacional, que orbita a 400 kilómetros sobre la superficie terrestre, es el campo de pruebas de tecnologías punteras y, como mencionaba González, cuenta con paneles solares de grandes dimensiones que la abastecen de energía .

Estos paneles solares captan la luz del sol en el espacio y la transforman en la energía que hace posible que todo funcione como los sistemas de oxígeno, el filtrado de CO2, los experimentos e instrumentos científicos, las comunicaciones, los ordenadores, la iluminación y el control térmico. Otro ejemplo más sobre cómo la labor científica, también en el ámbito aeronáutico, es capaz de desarrollar tecnologías de vanguardia cada vez más eficientes no solo para la Tierra, sino también para la vida en órbita.

Allí donde creas que es imposible habitar, siempre hay razones que demuestran lo contrario. Vivir en un canal náutico, un refugio en la alta montaña, una isla helada o incluso el espacio se hace menos complejo si se hace de la mano de un equipo comprometido, la tecnología adecuada y la energía necesaria.

Porque detrás de cada historia, está la energía que lo hace todo posible.

Producido por EcoBrands