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Turbos, Multis y Warrants: tres herramientas para cada tipo de inversor

EcoBrands

En la práctica inversora, no basta únicamente con tener una buena idea, hace falta contar con las herramientas adecuadas para poder llevarla a cabo. Cuando se trata de inversiones con estrategias apalancadas a corto o medio plazo, tres productos destacan por su versatilidad y potencial: hablamos de los Turbo Warrants, los Multi Warrants y los Warrants tradicionales. A simple vista pueden parecer similares, pero su funcionamiento, su riesgo y la lógica de gestión son muy diferentes.

Aunque todos ellos forman parte del grupo de los productos apalancados y permiten tanto estrategias alcistas como bajistas, lo interesante está en cómo se comportan ante los movimientos del mercado, cómo se gestionan y qué tipo de control ofrecen al inversor.

Imaginemos un caso práctico. Un inversor prevé que un índice como el Nasdaq 100 tendrá un comportamiento alcista en los próximos días tras la publicación de buenos resultados en el sector tecnológico. ¿Qué producto debería elegir para tratar de aprovechar esa subida?

Aparentemente no hay una respuesta concreta, puesto que dependerá del plazo, del nivel de seguimiento que el inversor desee hacer, y del riesgo que esté dispuesto a asumir. Las siguientes infografías resumen las diferencias esenciales entre los tres productos que estamos analizando:

Turbo Warrant
Apalancamiento: Variable con barrera
Horizonte: Corto plazo
Clave: Knockout al tocar barrera
Seguimiento: Alto
Multi Warrant
Apalancamiento: Constante diario (x2, x3…)
Horizonte: Muy corto plazo
Clave: Efecto compuesto diario
Seguimiento: Muy alto
Warrant tradicional
Apalancamiento: Implícito (tipo opción)
Horizonte: Corto-medio plazo
Clave: Influye tiempo y volatilidad
Seguimiento: Medio

Cada uno de estos productos está diseñado para escenarios específicos. Con los Turbo Warrants se puede obtener una exposición mayor con una inversión de capital menor, gracias al financiamiento incluido en el producto. Además, estos cuentan con una barrera -knockout- que limita las pérdidas si esta se alcanza. Son apropiados para quienes buscan un alto apalancamiento y pueden vigilar su posición de forma continua.

Por otro lado, los Multi Warrants son productos con un funcionamiento similar. Estos mantienen un nivel de apalancamiento fijo sobre la variación diaria del activo subyacente. No obstante, su valor puede erosionar si se mantienen más allá del tiempo óptimo. Son herramientas puramente tácticas.

Por último, los Warrants tradicionales ofrecen una alternativa a los anteriores. Su estructura es muy similar a la de una opción financiera. El valor de los Warrants tradicionales se ve influenciado entre otras cosas por la volatilidad del activo subyacente, al igual que una opción. En el mercado existen tanto Warrants alcistas (Calls) como bajistas (Puts). Con estos, se pueden desarrollar estrategias como el Straddle, Strangle, etc.

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Volviendo al ejemplo anterior del Nasdaq 100, si el inversor espera un movimiento alcista periódico y tiene disponibilidad para seguirlo de cerca, la opción del Multi Long, por ejemplo, podría ser interesante. Si se quiere asumir una exposición mayor sobre el activo subyacente, el Turbo Long sería también una buena elección. Y si el inversor espera una gran volatilidad en el activo subyacente, con un enfoque más estratégico, el Warrant tradicional puede ser un camino interesante.

Otra función clave de estos instrumentos es la posibilidad de usarlos para cubrir riesgos de posiciones existentes (cobertura o hedging). Por ejemplo, si el inversor tiene una posición larga y anticipa un período de caídas, se podría adquirir un Turbo bajista o un Warrant Put, limitando así el impacto negativo sin necesidad de deshacer su inversión inicial. De este modo, la cobertura se convierte en una estrategia accesible y flexible, permitiendo gestionar el riesgo de forma dinámica y ajustada a cada situación.

En definitiva, no se trata de elegir el "mejor" producto, sino el que mejor encaje con el plan personal del inversor, su capacidad de reacción y su nivel de tolerancia al riesgo. Conocer estas diferencias no solo ayuda a afinar la estrategia, sino también a construir una cartera más coherente con los propios objetivos del inversor.

Elegir bien es parte del éxito. Por ello, antes de tomar cualquier posición, conviene no solo conocer el activo subyacente sino también el instrumento que mejor se ajusta a tu perfil y visión. Y en ese proceso, tener a tu lado un emisor como Société Générale es, además de una ventaja, una forma de transformar el análisis y la preparación en acciones precisas.

Producido por EcoBrands

La inversión en Productos Cotizados requiere una vigilancia constante de la posición. Los Productos Cotizados comportan un alto riesgo si no se gestionan adecuadamente. Existe la posibilidad de que el inversor pierda la totalidad de su inversión. Antes de invertir los inversores deben consultar el KID, el Folleto Base y las Condiciones Finales del producto disponibles en https://bolsa.societegenerale.es/