En el contexto actual, triunfar demasiado rápido puede ser un riesgo mayor que fracasar. Así quedó patente en una nueva edición de Lo que dure un jamón, el formato de networking del Club Cámara que, en esta ocasión, reunió a líderes empresariales y emprendedores para reflexionar sobre cómo escalar con cabeza... y con alma.
En una economía cada vez más competitiva, donde innovación y escalabilidad se han convertido en requisitos esenciales, muchas empresas se enfrentan a una paradoja inquietante: el éxito mal gestionado puede desembocar en colapso. Crecer sin control, sin estructura ni estrategia, ha sido el talón de Aquiles de más de una organización.
Con el objetivo de aprender de quienes ya están en ese camino, el encuentro reunió a directivos que están atravesando procesos de expansión o que se preparan para escalar sus organizaciones. La jornada puso sobre la mesa los retos, decisiones críticas y aprendizajes necesarios para crecer de forma sostenible sin perder agilidad, esencia ni visión.
Moderado por Jorge Parra, socio director de Smartpoint, el evento contó con las intervenciones de Sergio Losilla, CEO de Digital Hand Made, y Óscar López-Blanco, fundador de Panel Sandwich. Ambos compartieron experiencias personales sobre cómo escalar sin renunciar al control ni a los valores que hicieron posible el éxito inicial.
Parra advirtió del riesgo de crecer demasiado rápido sin una estructura sólida detrás: «La persecución indiscriminada de talento puede generar desequilibrios, cuellos de botella y conflictos de rol». También recalcó que el crecimiento debe financiarse con inteligencia, priorizando la rentabilidad sobre la facturación, y evitando la dependencia de un solo cliente o proveedor.
López-Blanco compartió su experiencia con Panel Sandwich, empresa que en 2015 pasó de 5 a 60 empleados en poco tiempo. «Aprendí que no podía seguir siendo el cuello de botella, así que delegar y construir un buen equipo fue clave». En la misma línea, Losilla subrayó la importancia de anticiparse: «Hay que generar líderes antes de necesitarlos».
Losilla también compartió errores cometidos que les llevaron a mejorar: la falta de diversificación de clientes, la dependencia excesiva de financiación bancaria y la necesidad de innovar al ritmo del cliente. «Hay que ser gacelas, rápidos y adaptables», sentenció.
Otros participantes como Ricardo Martínez (Eigo), Sara Palacino (La Colmena), Ángel Moreno (Enjoy Zaragoza) o Daniel Puértolas (Numericco) coincidieron en la importancia de parar, reflexionar y no dejarse arrastrar por el vértigo del crecimiento. «Esto no va de escalar por escalar, sino de seguir revolucionando», apuntó Puértolas.
Para algunos, como Bastien Piombini (PMF Distribution) o José Rébola (Panishop), el crecimiento sostenible pasa por estructurar bien el equipo y cuidar las personas, el producto, la inversión y la rentabilidad. «Hacer malabares con todo ello», en palabras de Rébola.
Desde el mundo industrial y del retail, voces como Javier Lozano (Air Horizont), Joaquín Díaz Murillo (Asai), Jesús Galve (Tapigrama) o Jaime Vicente (Cotrali) insistieron en la importancia de no precipitarse. «Despacico, pero con rasmia», dijo Vicente, resumiendo la necesidad de avanzar con paso firme.
Cristina Pérez (Océano Atlántico) comparó la labor del empresario con la del navegante: «La clave está en ajustar las velas según el viento». Una metáfora que también encaja con el testimonio de Javier Rioja (Ril Estudio), quien decidió adaptar su estructura cuando vio que, aunque no buscaba crecer, su empresa sí lo estaba haciendo.
Fernando Aragüés (Sistemiza) y Rubén Roldán (Hiberus Sistemas) coincidieron en que el crecimiento exige liderazgo con humildad. «Hay que escalar sin perder el alma», concluyó Roldán.
El evento, patrocinado por BTV y Embou, fue una nueva demostración de cómo el conocimiento compartido y la experiencia de otros pueden servir de brújula para empresas que quieren crecer sin perder el norte.
Producido por EcoBrands