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La urgencia de reducir las emisiones de carbono es cada vez mayor. Para evitar que la temperatura global supere el umbral crítico de 1,5ºC en este siglo, es fundamental disminuir las emisiones de CO2 a la mitad antes de 2030. Sin embargo, los compromisos actuales solo alcanzan un tercio de la reducción necesaria, lo que implica que debemos acelerar significativamente la implementación de tecnologías ya disponibles y ampliar la oferta de soluciones como el hidrógeno verde.
En un mundo sin carbono, la electricidad jugará un papel predominante, representando cerca del 70% del suministro energético, pero no será suficiente por sí sola. El hidrógeno verde y sus derivados serán esenciales para complementar la descarbonización. Actualmente, la mayor parte del hidrógeno utilizado en la industria química y en el refino proviene de fuentes fósiles (hidrógeno gris). Para alcanzar un futuro sin emisiones, es fundamental reemplazarlo por hidrógeno verde, producido mediante electrólisis del agua con electricidad de origen renovable.
La electricidad renovable es la vía más eficiente para reducir la huella de carbono, especialmente cuando se combina con avances tecnológicos en digitalización, lo que se conoce como Electricidad 4.0. Sin embargo, ciertos sectores no pueden electrificarse completamente, por lo que se estima que, en 2050, entre el 50% y el 70% del consumo energético seguirá dependiendo de fuentes adicionales.
Aquí es donde el hidrógeno verde y sus derivados resulta clave, especialmente en industrias difíciles de descarbonizar, como la producción de acero, la industria química y el transporte marítimo, aéreo y terrestre de larga distancia.
A medida que la producción de energía renovable se expanda, también aumentará la volatilidad en la generación eléctrica, lo que podría generar problemas en la red. En este escenario, el hidrógeno verde servirá como un sistema de almacenamiento energético y como una solución para equilibrar la oferta y la demanda de electricidad en momentos críticos.
Las estimaciones indican que la demanda mundial de hidrógeno crecerá exponencialmente, alcanzando entre 30 y 100 millones de toneladas en 2030 y entre 300 y 500 millones en 2050.
El uso de gases renovables no solo permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también contribuye a la gestión de residuos de diversas industrias. No obstante, a pesar de su potencial para la transición energética, aún enfrenta barreras significativas.
En España, el desarrollo del hidrógeno verde ha sido más lento de lo previsto. Uno de los principales obstáculos es la falta de infraestructura para transportarlo desde los centros de producción hasta los principales núcleos industriales. Para maximizar su impacto, es imprescindible conectar esta red con otros países europeos, facilitando la exportación de excedentes y optimizando costes mediante economías de escala.
Otro desafío importante es garantizar un suministro constante y competitivo de electricidad renovable. Lograr un equilibrio entre la generación local de energía y los acuerdos de compra a largo plazo es clave para mejorar la rentabilidad del hidrógeno verde y optimizar su coste de producción.
Además, la tecnología de electrólisis necesita seguir evolucionando para mejorar su eficiencia, reducir costes y facilitar su aplicación a gran escala.
"El hidrógeno verde, sus derivados y los gases renovables en general serán fundamentales para avanzar hacia una economía sin carbono", asegura Joaquim Daura, Active Energy Management Director para España en Schneider Electric. "Alcanzar los objetivos climáticos de 2030 y los años siguientes requiere un esfuerzo conjunto entre el sector privado y las administraciones. La clave está en impulsar la innovación y fortalecer la colaboración para superar los desafíos actuales y maximizar el potencial de estas energías sostenibles".
Para alcanzar las metas climáticas, la colaboración entre todos los actores será esencial: empresas y gobiernos, pero también con la sociedad. La implementación masiva de soluciones basadas en hidrógeno verde requerirá una visión compartida y un compromiso constante con la innovación, la investigación y la mejora continua de la infraestructura necesaria.
Producido por EcoBrands.