La energía que se produce en Extremadura es una energía limpia y libre de dióxido de carbono (CO2), que es uno de los principales objetivos que tiene España y la Unión Europea. El 99,84% de la energía que se genera en la comunidad extremeña es limpia, es decir, casi el 100 por cien, algo que no pasa en ninguna otra autonomía del país.
La producción de energía eléctrica de origen renovable en Extremadura se fundamenta en las tecnologías solares fotovoltaica, solar termoeléctrica, hidráulica, eólica y térmica renovable (biomasa eléctrica, tratamiento de lodos y biogás).
La distribución de la potencia instalada renovable en el territorio extremeño se observa en dos fuentes de energía claramente predominantes: la de origen solar, con el 72,41%, y la hidráulica (un 26,61%).
Extremadura tiene enormes potencialidades y muchos proyectos nuevos que están llegando, pero el Gobierno central les corta las alas. No se pueden quedar fuera zonas y proyectos que son importantes y que van a traer empleo y riqueza a nuestra tierra.
En enero se presentaron alegaciones al Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026. El objetivo de la Junta, con dichas alegaciones, era favorecer y convertir el sector industrial en la punta de lanza de un sistema productivo basado en la eficiencia energética y la innovación que para el futuro de Extremadura resulta determinante. Sin embargo, solo se ha aceptado una de las 23 alegaciones presentadas.
Por ello, la Junta exige al Gobierno de España que conceda a Extremadura todo lo solicitado en la planificación presentada con horizonte 2030 y saldar así esa injusticia con la región.
Extremadura exporta el 80% de la energía que consume y llega a 8 millones de familias por todo el país. Es decir, que la comunidad produce el 10% de la energía eléctrica nacional, más de 26.000 GW/hora. La población de Extremadura representa el 2% de la población española, por lo que un porcentaje muy alto de la energía producida en la región se destina a abastecer a familias de otras autonomías.
Por otro lado, la central nuclear de Almaraz es esencial en su zona de influencia regional y nacional porque, entre otras razones, produce entre el 6 y el 7% de la electricidad producida en España. La energía nuclear no emite CO2 y la Unión Europea la considera estratégica. Se puede financiar con fondos europeos y poco a poco se está impulsando en otros países de la UE.
Se estima que el cierre de la Central Nuclear de Almaraz supondrá la pérdida de 4.000 empleos en la zona; empleos, en su mayoría, de alta cualificación y tecnificación. El cese de producción de la central provocará el agravamiento de los problemas de despoblación y desempleo.
La Junta de Extremadura va a defender la continuidad de la vida útil de la Central Nuclear de Almaraz porque de ello depende su soberanía energética, así como el futuro de la Comarca de Campo Arañuelo y de Extremadura. Su cierre es un grave error; es incoherente que en Europa se defienda la energía nuclear e incluso sea subvencionable, mientras que en España se quieran cerrar las centrales.
Es un ataque a Extremadura y a la soberanía energética de España por la insistencia del Gobierno central de acabar con una energía limpia como la nuclear.
Además, la empresa encarga de realizar el desmantelamiento es Enresa. La compañía eléctrica tarda un mínimo de 10 años en desmantelar cualquier central, el mismo tiempo previsto para Garoña, y solo después procedería con Almaraz, que es incluso más grande, por lo que pueden pasar décadas hasta su completa retirada. Tampoco estaría garantizada la seguridad.
Para seguir en esa lucha por la Central Nuclear de Almaraz, la Junta de Extremadura presentó alegaciones a la actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para que se determine la energía nuclear como una energía limpia y que tiene cero emisiones.
Así, en esta actualización se mantiene el cierre parcial, ordenado y escalonado del parque nuclear para 2030, y se plantea un escenario alternativo relativo al ámbito energético.
El Parlamento Europeo aprobó la inclusión de las tecnologías nucleares en la futura Ley Europea de Industria de Cero Emisiones (Ley Net-Zero) por lo que la nuclear estaría al mismo nivel que las renovables, ya que se la empezaría a catalogar como energía limpia.
Producido por EcoBrands