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Ofrecido por Paradores

Experiencias viajeras originales y 9 destinos donde disfrutarlas

  • El turismo rural ha ganado mucho peso en los últimos años hasta alcanzar en 2023 una penetración del 45%, lo que representa un crecimiento de 2,5 puntos respecto al año anterior. Cifras al alza, gracias, a un  nuevo tipo de viajero, ávido de vivencias más auténticas. Desde el pastoreo a la apicultura, pasando por la observación astronómica o el interés geológico
Actividad en las marismas de la Isla de San Bruno, propuesta por el Parador de Ayamonte
EcoBrands

Lo primero que viene a la cabeza cuando se piensa en irse de vacaciones por España es en sol y playa, algo comprensible si se tiene en cuenta que el país tiene aproximadamente 300 días de sol al año y que el litoral español cuenta con una longitud de 7.905 kilómetros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, este turismo más tradicional se está viendo desplazado por nuevas formas de viajar. Tanto, que el turismo rural alcanzó una penetración del 45% en 2023, lo que representa un crecimiento de 2,5 puntos respecto al año anterior según los datos del Observatorio de Turismo Rural. También está ganando mucho terreno lo que se conoce como ecoturismo, que busca disfrutar de la naturaleza viajando de manera responsable. Rutas a caballo, practicar paddle surf o montar en kayak son algunas de las actividades más demandas.

Además, el gasto en turismo rural se ha situado en 84 euros por persona y día, un 3,7% más que en 2022. Esto es, en parte, gracias a las nuevas tendencias que empiezan a calar en el turismo, y es que cada vez son más los viajeros que buscan alternativas a las rutas convencionales ya masificadas. Desde explorar las profundidades hasta sumergirse en la historia entre ruinas ancestrales, seguir las huellas de antiguos pastores, introducirte en el mundo de las abejas, hasta cabalgar a lomos de un noble caballo o pedalear por valles, montañas y costas para saborear cada paisaje a tu ritmo.

El viaje contemporáneo se ha vuelto minucioso y se esmera por realizar rutas inusuales. Hay alojamientos, como Paradores, que ya ofrecen experiencias de este tipo, gracias a su programa de Naturaleza para los Sentidos. Se trata de una iniciativa que revitaliza el entorno para ofrecer actividades que conectan con la naturaleza de una forma muy especial y con las que se consigue dinamizar el territorio, ya que aporta un valor económico, cultural y social a las comunidades en las que se encuentra.

Este programa, que arrancó en 2020, ofrece ya 146 experiencias en 32 espacios naturales. En la actualidad está disponible en 24 de los 97 Paradores que la compañía pública tiene repartidos por todo el territorio nacional, es decir, aproximadamente el 25% de los alojamientos de la red. Algunos ejemplos son el Parador de Ayamonte, el de Cangas de Onís, el de Corias, el de Cazorla, el de Soria, el de Cruz de Tejada, el de Gredos, el de Guadalupe o el de Limpias.

Aventuras en el agua

El hidroturismo, concepto asociado hasta ahora a balnearios o centros de talasoterapia, cobra ahora un sentido diferente gracias a territorios donde el agua está muy presente. Es el caso de Ayamonte, el último pueblo antes de entrar a Portugal, en plena desembocadura del Guadiana. Allí encontramos el Parador de Ayamonte, un idílico mirador a las marismas y los caños del estuario, que ofrece la posibilidad de realizar una ruta en kayak por la Isla de San Bruno, disponible en primavera y verano, con la que avistar aves amenazadas y descubrir cómo es la recolección de las coquinas por parte de los mariscadores.

Además, es posible subirse a la bicicleta para una travesía por el Paraje Natural Marismas de Ayamonte, que puede hacerse todo el año. Otro itinerario disponible en kayak o tabla de pádel surf puede realizarse desde la playa de Isla Canela, un paraíso de dunas y calas transparentes, para acceder a rincones inaccesibles del lugar.

Vista aérea del Parador de Ayamonte, una zona propicia para disfrutar de actividades y deportes acuáticos

Descubriendo el oficio de los pastores

Hay oficios ancestrales, que revelan un legado cultural que conecta con los orígenes y te vincula con la tierra. Es el caso del pastoreo, una actividad de incalculable valor patrimonial que muchos alojamientos se esfuerzan por preservar. Es el caso del Parador de Cangas de Onís, ubicado en el monasterio benedictino de San Pedro de Villanueva. Un histórico enclave a orillas del Sella y custodiado por los Picos de Europa, a solo 15 kilómetros de la costa. El establecimiento ofrece una ruta, disponible de octubre a marzo, que te lleva por el Camín del puertu, descubriendo los paisajes y la cultura de los pastores de los Picos de Europa y con la que incluso visitar una cabaña y a una cueva para conocer la elaboración tradicional del queso Gamoneu. También podrás disfrutar de otro recorrido por la Sierra de Cuera para adentrarte en la vida en los pueblos del oriente de Asturias, donde el pastoreo sigue reivindicando su valor patrimonial como profesión ancestral.Y sin apenas moverte del Parador, en los prados aledaños al alojamiento, también podrás conocer de primera mano, y durante todo el año, cómo los perros border collie manejan el ganado y cómo se comunican con los pastores y ovejas xaldas, una raza de origen celta.

El Parador de Cangas de Onís resulta idóneo para descubrir las maravillas del paisaje astur

Conociendo la vida e importancia de las abejas

Otra actividad que ha irrumpido en el turismo es la de la apicultura, una manera de viajar sostenible y que permite conocer el rol de las abejas en la preservación de la biodiversidad, la labor de las colmenas y la importancia de la miel en nuestras vidas. Alojamientos como el Parador de Corias lo ponen en valor con su actividad Los sabores de la colmena. Una experiencia en la que los participantes no solo degustan la miel más exquisita de la región, sino que también descubren los secretos de la colmena, aprecian la importancia histórica de los cortines y truébanos, construcciones típicas de esta zona para proteger a las abejas de las inclemencias temporales y de los osos, y experimentan de primera mano la conexión profunda entre la naturaleza y la cocina asturiana.

Colmenas del Parque Natural de Muniellos, en Asturias.

Redescubrir el oro líquido

El oleturismo es otra opción que ha crecido con fuerza en los últimos años y que se aleja de lo convencional. El objetivo es atraer a los turistas en busca de experiencias auténticas y conexiones más profundas con la cultura local. La tendencia ha ganado fuerza con el auge de la gastronomía y la creciente conciencia sobre la calidad y origen de los alimentos. El Parador de Cazorla, por ejemplo, ofrece la posibilidad de sumergirte en las raíces gastronómicas de la región a través de un oleotour que te llevará hasta la aldea de Burunchel, explorando el paraje de Tramaya y culminando en la almazara de aceites de Cazorla. La experiencia se realiza a pie y en 4x4, para descubrir los sabores de los aceites locales durante más de cuatro cautivadoras horas. Este alojamiento está ubicado en pleno Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, el mayor espacio natural protegido de España y uno de los más visitados.

Parador de Cazorla. Un cortijo andaluz entre montañas en el Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas

Conectar con la naturaleza a través de un baño de bosques

Una práctica que cada vez está sumando más adeptos es el baño de bosques, experiencia que nació en Japón en los años 80 como respuesta a la agitada vida urbana y tecnológica y que hoy ha traspasado fronteras para convertir los bosques españoles en los perfectos oasis de calma y la tranquilidad. Es el caso de la Fuentoña y el Sabinar de Calatañazor, entornos en los que el Parador de Soria propone vivir el bosque de una forma diferente poniendo a prueba todos los sentidos.

Vistas desde el restaurante del Parador de Soria

El acebal de Garagüeta, en Torrearévalo, brinda un paraje único para tomarte una rejuvenecedora pausa, que revitalice cuerpo, mente y espíritu. A través de un paseo guiado por esta reserva natural que alberga el bosque de acebos más extenso y mejor conservado de Europa, conocerás su origen y conservación hasta nuestros días y te deleitarás con los rincones más bellos, bajo acebos centenarios. Una forma de abrazar la naturaleza que te permitirá desconectar totalmente de la rutina.

Arbor retorcido en el camino del misterioso bosque de enebro, Sabinar (Soria)

El gran espectáculo de las estrellas

Cada vez son más los viajeros que apuestan por el astroturismo, es decir, la observación astronómica guiada por monitores certificados. La red de Paradores juega un papel fundamental en este tipo de turismo, sobre todo, si se tiene en cuenta que varios de sus alojamientos han obtenido la certificación Starlight por sus cielos limpios. Uno de ellos es el Parador de Cruz de Tejeda. Este refugio, asentado sobre uno de los puntos más altos de Gran Canaria, permite contemplar el espectáculo celeste y disfrutar de los abruptos paisajes volcánicos de la isla. Una actividad que requiere reserva previa (y para la que ya hay varias citas hasta el mes de octubre), que incluye un planisferio celeste personalizado, para sumergirte en el fascinante mundo de las estrellas, constelaciones, meteoritos y todo un universo por descubrir e intentar entender.

El Parador de Cruz de Tejeda, a 1560 metros de altitud, ofrece unas impresionantes vistas a la inmensa caldera volcánica de Tejeda.

Disfrutar del entorno a caballo

Para disfrutar de los caballos no hace falta ser un jinete experimentado. Sólo se necesita pasión por los animales y ganas de disfrutar en un entorno que invite a pasear al galope. La aventura está más que asegurada y la conexión con la naturaleza y con el animal también.

Terraza del Parador de Gredos

Esto es lo que propone el Parador de Gredos, el primero que abrió sus puertas de toda la red, con un recorrido, disponible todo el año, y que entre dos y cuatro horas, según preferencia, te permite descubrir al trote o a galope los maravillosos alrededores del alojamiento. Adentrarte en pinares, praderas y ríos junto al gran aliado del hombre durante más de 5.000 años. Y cuando vuelvas al alojamiento, rememora el recorrido, divisando el paisaje que se dibuja desde sus espectaculares miradores.

Actividad a caballo que ofrece el Parador de Gredos

Descubrir el pasado de un lugar a través de sus cuevas y minas

Las rocas, como silenciosos testigos del tiempo, cuentan historias que merece la pena descubrir. Y para hacerlo hay actividades que promueven el geoturismo. Admirarás impresionantes paisajes, moldeándose a lo largo del tiempo y aprenderás la manera de conservarlos. Precisamente con ese fin, el Parador de Guadalupe, propone, entre sus muchas opciones, la visita a las minas de Costanaza. Un lugar único en el que se encuentran las rocas más antiguas de la Península Ibérica, con más de 600 millones de años de antigüedad. Y entre ellas, un filón de fosforita, que contribuyó, de forma relevante, a la elaboración de fertilizantes utilizados en toda Europa. Con una profundidad de 210 metros, estas minas fueron en su época unas de las más grandes productoras de fosfatos en Europa.

Claustro del Parador de Guadalupe, conjunto mudéjar formado por el Hospital de San Juan Bautista (siglo XIV) y el colegio de Infantes (siglo XV).

Historia local a través de la gastronomía

Viajar es mucho más que visitar lugares. Es adentrarte en ellos y saborearlos. El gastroturismo permite descubrir su cultura gastronómica, la cocina regional de dicho territorio y los productos que engendran sus tierras. Precisamente, en Paradores, como embajadores de la cocina local, ofrecen en la carta de cada alojamiento propuestas culinarias de gran identidad regional ligadas al producto de proximidad y de temporada. Además, en muchos de estos alojamientos, al margen de la experiencia gastronómica de sus restaurantes, ofrecen actividades para acercarse, más si cabe, a esos productos que definen la idiosincrasia del lugar.

El Parador de Limpias propone la visita a una conservera tradicional.

Por ejemplo, en el Parador de Limpias, dentro de sus actividades de Naturaleza para los Sentidos, ofrece la oportunidad de participar, durante todo el año, en un taller de sobaos y quesadas en la Granja Marismas de Santa Ana, para aprender la elaboración artesana de estos manjares tradicionales, que luego podrás llevarte a casa. Además, existe también la posibilidad de visitar una conservera tradicional para descubrir la historia de la pesca y la conserva de anchoa del cantábrico. Su limpieza, maduración, fileteado y proceso de conserva.

El Palacio de Eguilior, donde se emplaza el Parador de Limpias, servía de residencia de verano al rey Alfonso XIII.

Producido por EcoBrands.