La economía circular se ha convertido en los últimos años en un término crucial a la hora de entender cómo abordar los desafíos ambientales y económicos que enfrenta nuestra sociedad. En contraposición al modelo lineal utilizado hasta hace poco, la economía circular propone un enfoque más sostenible y eficiente, otorgándole una mayor importancia al reciclaje y a la reutilización de los materiales y recursos. En este contexto, Mercadona quiere ser líder del cambio y, por ello, ha asumido un papel proactivo al adoptar políticas y medidas concretas orientadas a favorecer la qeconomía circular. Estas acciones no solo reflejan su compromiso con la sostenibilidad ambiental, sino que también ofrecen beneficios para la empresa como para la sociedad.
La compañía española, presidida por Juan Roig, está realizando importantes esfuerzos para impulsar un modelo de gestión basado en la producción y el consumo responsable, tratando de mantener el mayor tiempo posible los materiales y recursos en el circuito de la economía. El objetivo es garantizar al máximo su aprovechamiento y tener un menor impacto en el entorno. En consecuencia, la compañía genera menos residuos.
Gracias a las medidas adoptadas, Mercadona logró aprovechar el 99,5% del volumen total de sus productos alimentarios el pasado año 2023. Un hito que se logró gracias a sus iniciativas de sensibilización y formación tanto para los trabajadores, mediante enseñanzas específicas en los procesos internos, como para sus clientes, a través de un mejor aprovechamiento de la comida mediante recetas publicadas en canales de comunicación propios. En relación con este punto, la cadena ha abogado siempre por una política comercial conocida como SPB (Siempre Precios Bajos). Un reflejo de su compromiso con el consumo responsable.
Al ofrecer la mejor calidad al menor precio posible, sin ofertas ni promociones, fomentan el consumo consciente, evitando que los clientes compren más de lo necesario. En esta lucha contra el desperdicio de productos alimenticios, Mercadona impulsa la modelación de los pedidos diarios en función de la previsión de venta, ajustando los precios a productos con fecha de caducidad próxima, la donación diaria de los excedentes de productos no vendidos, pero aptos para consumir, y la entrega de productos no aptos para el consumo humano a gestores autorizados que lo transforman en alimentos para animales de compañía. El resultado es la reducción del desperdicio alimentario y la contribución a comunidades locales.
La otra gran parte de la ecuación sostenible de Mercadona reside en los materiales que emplea en su actividad. La compañía se toma muy en serio el reciclaje. Así, separan cuidadosamente envases comerciales y sus residuos (cartón, plástico y madera, principalmente), tanto en tiendas como en almacenes, enviándolos posteriormente a recicladores para darles una segunda vida. En el caso del plástico, se utiliza para fabricar las bolsas de compra, mientras que en el caso del cartón, estos participan en la creación de nuevos envases. En cualquier caso, el 77% de los envases comerciales de un solo uso tienen material reciclado. La apuesta de la marca por la reutilización también pasa por aquellos envases procedentes de compañías proveedoras. Un claro ejemplo es Logifruit, cuyas cajas tienen una vida media de ocho años, por lo que cada caja puede llegar a reutilizarse hasta 120 veces.
Además de todo lo anterior, Mercadona destaca por asumir su Responsabilidad Ampliada como Productor (RAP) para aquellos productos envasados que pone en el mercado, financiando el coste asociado a la gestión de residuos de envases que dichos productos generan al final de su vida útil. En este sentido, la organización lleva ya tiempo apostando por la incorporación de materiales reciclados en los casos en los que es posible, logrando que un 24% del material de sus envases domésticos provenga de materiales reciclados. Por otra parte, la proporción de materiales renovables en envases domésticos ha sido del 20% en 2023.
Y aquí no acaba todo, Mercadona se encuentra continuamente rediseñando y mejorando los envases de sus productos no solo para optimizar materiales, sino también para mejorar su reciclaje. Para facilitar esta tarea, sus envases incluyen pictogramas que indican de manera más visual el destino del residuo. Más allá de esto, desde la compañía tienen muy en cuenta acciones que, a priori pueden parecer sencillas, pero que tienen un gran impacto positivo en el medio. Es por eso que en su lucha por reducir el desperdicio de papel, han incorporado en todas sus tiendas el ticket digital. Una comodidad para los clientes y un beneficio para el planeta. Gracias a esta acción se ahorran hasta 100 millones de toneladas de papel al año.
Cada acción cuenta y puede marcar la diferencia para un futuro más verde y próspero. La adopción de prácticas de economía circular no solo demuestran el compromiso de Mercadona con el medio ambiente, sino que la sitúan como un ejemplo a seguir por el resto de empresas. Iniciativas concretas como la reducción del desperdicio alimentario o el uso de materiales reciclados en sus envases están marcando la hoja de ruta de la compañía en términos de sostenibilidad. Pero, además, contribuyen a sensibilizar a sus empleados y clientes sobre la importancia de la economía circular y la reutilización de materiales. Mercadona continúa dando el sí a cuidar el planeta.
Producido por EcoBrands