
Decir que la sostenibilidad hoy en día no es opcional no supone ninguna novedad. Sin embargo, con la necesidad de actuar contra el cambio climático siendo cada vez más urgente, la aparición de nuevas normativas y compromisos adquiridos por los países es probable que continúe acelerándose en los próximos años.
Con los responsables y representantes de más de 190 países reunidos en Egipto en el COP27, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha reclamado a los países más desarrollados elevar su ambición en la reducción de emisiones en una década "crucial". El pacto que solicita incluiría medidas concretas, como abandonar el carbón en 2030 en los países de la OCDE y en 2040 en el resto del mundo. Esto supondría un importante cambio respecto al compromiso actual de la Unión Europea de alcanzar la neutralidad en carbono para 2050. A nivel nacional, España cuenta ya con herramientas que emanan de esos compromisos europeos, como el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) o la Ley del Cambio Climático. Ambos textos deben ser los pilares gracias a los cuales nuestro país alcance los objetivos de su senda de descarbonización pactados con la Unión Europea, en el horizonte del año 2030.
Ya estamos en marcha, camino de conseguir los retos planteados en el PNIEC. Y para que ese camino sea en efecto un éxito es necesario acelerar el ritmo de la inversión en infraestructuras que permitan la generación de energía renovable, y más en concreto los tiempos y procesos de tramitación administrativa de las mismas. Asimismo, resulta clave impulsar nuevas tecnologías como los biocombustibles o el hidrógeno verde, que garanticen un mejor y más responsable acceso y aprovechamiento de todas las fuentes de energía. Para ello, será también necesario apoyarse en nuevos desarrollos tecnológicos y nuevas herramientas de digitalización, palancas imprescindibles para poner en marcha procesos que mejoren la eficiencia energética y hagan realidad el disponer de la energía más limpia posible: aquella que no se consume.
El sector energético en España está llamado a afrontar una gran transformación hacia 2030. Desde 2019 hay una inercia muy positiva en el tránsito hacia un modelo energético más verde, más limpio y más respetuoso con el medio ambiente, con gran penetración de nuevos proyectos eólicos y fotovoltaicos. La mayor eficiencia y competitividad en costes de estas tecnologías, junto con una muy buena disposición de nuevos inversores y de la banca a la hora de financiar, y una ambición política tanto nacional como europea a favor de la desarbonización explican este resurgir. Además, la pandemia y la crisis energética actual derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania han actuado como verdaderos catalizadores y aceleradores de la ambición renovable nacional.
Para ENGIE, todas las energías son clave para acelerar la transición energética. La empresa siempre ha apoyado un mix energético muy diversificado, en el que las diferentes fuentes de energía se complementan para garantizar la seguridad del suministro. Al mismo tiempo, por el lado de la demanda, es necesario construir un modelo de racionalización del consumo, así como el desarrollo de mecanismos de gestión que minimicen la energía que malgastamos y al mismo tiempo aumenten la eficiencia del sistema energético global.
En definitiva, es imprescindible que las compañías integren el nuevo paradigma de la transición energética y del respeto al medioambiente en sus planes estratégicos, con objetivos concretos y medibles que sirvan para hacer sus planes de negocio verdaderamente sostenibles.
El objetivo de ENGIE es trabajar por y para la transición energética haciendo realidad el acceso a una economía más neutra y menos dependiente del carbono. El Grupo contribuye a lograr esta meta ayudando a sus clientes, a las sociedades y regiones en las que opera gracias a la producción y el consumo de una energía más limpia, eficiente y asequible.
El enfoque de ENGIE con respecto a la sostenibilidad es doble: en primer lugar, el Grupo quiere descarbonizar su negocio y su propia producción de energía a través del crecimiento en activos renovables; y en segundo lugar, ofrecer soluciones a sus clientes que les permitan reducir sus costes, su consumo de energía y sus emisiones de CO2, apostando por las fuentes de energía renovables y por procesos de mejora de la eficiencia energética. En España, por ejemplo, ha construido y puesto en marcha casi 600 MW de energía renovable (eólica y fotovoltaica) en sólo cuatro años.
ENGIE España trabaja activamente desde hace décadas para que España sea un referente mundial en transición energética y para acompañar a los clientes en su camino hacia la descarbonización, acompañándolos para crear, juntos, ciudades más sostenibles, infraestructuras más competitivas e industrias más eficientes.
Para hacer frente a estos retos, ENGIE apuesta firmemente por las energías renovables y por estar presente en muchas fases del ciclo del proyecto. Con un amplio equipo de más de 1.700 profesionales y expertos en nuestro país, ENGIE apoya a las industrias, ciudades y regiones en las que está presente con respuestas que van desde el diagnóstico energético hasta la investigación, el diseño, el desarrollo y la implementación de soluciones innovadoras, como la movilidad eléctrica, las redes de calefacción y refrigeración urbanas e industriales o las tecnologías que promueven un mundo neutro en CO2 (diseñando estrategias para la reducción de la huella de carbono o para el desarrollo de gases renovables como el biometano o el hidrógeno verde).
La capacidad de ENGIE para generar y gestionar energía verde y baja en carbono (a partir de gas o biomasa) y su experiencia en la concepción y gestión de soluciones energéticas complejas (diseño previo y diseño de ingeniería de detalle, instalación, puesta en marcha, operación y mantenimiento, financiación) son dos puntos fuertes que la distinguen. Así mismo, la opción que ENGIE aporta de combinar los roles de inversor, financiador, constructor y optimizador de activos en una única empresa supone un know-how único en el sector. Gracias a toda esa diversidad de experiencias ENGIE es capaz de desarrollar soluciones integrales de sostenilidad.
El reto que plantea la lucha contra el cambio climático y la protección medioambiental es enorme. La gran penetración de energías renovables en España y los compromisos firmes que van adquiriendo las empresas a este respecto nos muestran que hay motivos para el optimismo, ya no sólo en el sector industrial, sino en otros muchos sectores que ya diseñan planes de sostenibilidad muy tangibles. Una apuesta clara y decidida por las energías verdes conllevará, sin duda, una auténtica revolución industrial que ya está en marcha.
REALIZADO POR ECOBRANDS
Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de elEconomista.