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Cómo organizar nuestro ahorro en el tiempo

  • Sistematizar el ahorro nos ayuda a ser disciplinados para alcanzar nuestros objetivos financieros
Imagen: iStock.
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Estamos en momentos convulsos. El comportamiento de los mercados, tanto en renta fija como en renta variable y en otros activos, muestra una elevada volatilidad generada por el shock económico en el que nos ha sumido el coronavirus.

Somos conscientes del impacto que la pandemia está teniendo en las cuentas de resultados de las compañías por los resultados reportados en el primer trimestre y por las previsiones de caídas del PIB de los principales países para los ejercicios 2020 y 2021 estimadas por el Fondo Monetario Internacional, la OCDE o el Banco de España.

Es difícil valorar el tiempo y la intensidad de la recuperación de la economía para volver a conseguir el nivel anterior a la aparición del covid-19, y la volatilidad, aunque no tan acusada como en los primeros compases de la crisis, sigue marcando la evolución de los mercados.

Poner a trabajar nuestro dinero en diferentes momentos permite reducir el riesgo de mercado

Estas fuertes oscilaciones en los precios suponen un gran reto los inversores, ya que les hace dudar sobre cómo abordar sus objetivos de inversión. ¿Hay que esperar a que se despejen las dudas actuales y tengamos una mayor visibilidad de los beneficios empresariales futuros o es mejor aprovechar los momentos de mercado a la baja para tomar posiciones en activos de riesgo?

Estas preguntas nos llevan hacia una estrategia muy recomendada, y más en momentos de alta volatilidad: la diversificación. Pero no quiero en este caso hablar de la diversificación geográfica ni por clases de activos -también altamente recomendable-, sino de la diversificación por el momento de materializar las inversiones.

El ahorro periódico y sistemático es muy útil en términos generales, pero cobra aún mayor sentido en el entorno actual si analizamos sus dos principales ventajas.

En primer lugar, permite disminuir el riesgo de mercado, al poner a trabajar nuestro dinero en diferentes momentos, evitando entrar en inversiones con riesgo, aunque sea limitado, en momentos de precios muy elevados o picos puntuales de mercado -hecho que, si analizamos la historia, ocurre con bastante frecuencia-.

Por otra parte, sistematizar el ahorro añadiendo un importe mensual o trimestral al patrimonio invertido nos ayuda a no tener que evaluar constantemente el momento de entrada y, en definitiva, a ser disciplinados para alcanzar nuestros objetivos financieros.

Por último, si lo hacemos utilizando instrumentos como fondos de inversión o planes de pensiones, que muchas entidades ofrecen, podemos contar con sistemas automáticos sencillos para establecer periodicidades diferentes para cada una de las aportaciones futuras, en función de la capacidad de ahorro que se tenga, e incluso incrementos de los importes sistemáticos para mantener el poder adquisitivo de nuestras aportaciones a lo largo de los años.

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