
La banca ha iniciado el año encareciendo de manera relevante las hipotecas, hasta el punto de que el tipo de interés fijado en las operaciones de enero alcanzó máximos de más de tres años. Desde finales de 2015, la tasa aplicada en las nuevas contrataciones de créditos para la adquisición de viviendas a hogares no era tan elevada, al establecerse en un 2,09% de media. Si se incluyen las comisiones aparejadas a la formalización de estos préstamos llega al 2,35%, según los datos del Banco de España.
La subida, que es del 4,5% con respecto al mes anterior, se produce en un momento en el que las entidades se están adaptando a los cambios legislativos, tanto del impuesto de actos jurídicos documentados (IAJD), como de la reforma que ha sido aprobada por el Congreso en febrero y que entrará en vigor antes de verano.
El incremento pone de manifiesto que se están cumpliendo las advertencias realizadas por algunos banqueros en los últimos meses de que las hipotecas iban a ser más caras para los clientes debido al aumento de los costes de producción, como consecuencia de todos las modificaciones normativas. Desde noviembre, tras la polémica del Tribunal Supremo, el sector tiene que hacer frente al IAJD y, una vez se ponga en marcha la nueva ley -previsiblemente en mayo o principios de junio-, tendrá que asumir los gastos de notaría, gestoría y registro. Los usuarios tan solo tendrán que pagar la tasación.
Algunos bancos ya se han adelantado a estas exigencias, eximiendo a los consumidores de estos gastos, incluso en distintos casos de la valoración del inmueble con el fin de no perder pulso comercial, pero a cambio están reclamando unos tipos más elevados.
Ofertas gancho
Las ofertas gancho están siendo modificadas en las últimas semanas. En enero, ING dio este paso al subir su propuesta más barata del euribor más un 0,99% a euribor más un 1,11%. Posteriormente, fue BBVA quien emuló esta táctica comercial en sus hipotecas de referencia a tasas variables, hasta euribor más un 0,99%. Y recientemente ha sido Bankinter el que ha incrementado el diferencial sobre el indicador crediticio al 0,99%. En los tres casos, es el banco el que afronta la integridad de los gastos de formalización del contrato.
Unicaja también ha elevado el precio, pero en su caso no paga el coste de la tasación. Con anterioridad, CaixaBank ya había ajustado sus ofertas a la normativa con un alza de los intereses. OpenBank, la filial digital del Santander, también ha variado sus condiciones para librar de todas las cargas de constitución a los clientes, pero en su caso ha mantenido inalterados los tipos.

Todos estos cambios, más los que tendrán que hacer el resto de entidades, hacen presagiar que la subida de los precios de las hipotecas no se va a detener. En los próximos meses, previsiblemente, habrá nuevos encarecimientos.
La intensidad dependerá de la necesidad por captar clientes de las entidades y, por tanto, de la competencia o el nivel de la guerra comercial que el sector está librando desde que se reactivó el mercado inmobiliario en nuestro país tras la gran crisis económica.
La tendencia en los precios es alcista desde 2017, cuando el interés aplicado registró mínimos medios del 1,83%, a pesar de que en algunos momentos puedan registrar reducciones puntuales, sobre todo teniendo en cuenta que el euribor se encuentra en plena remontada. Eso sí, este indicador ha cumplido este febrero tres ejercicios completos bajo cero o en negativo, algo que está lastrando la rentabilidad de las entidades. El euribor cerró el pasado mes en -0,108% y no se espera que hasta la recta final de 2019 vuelva al terreno positivo, por la política monetario del BCE.
El encarecimiento de los préstamos, unido al menor crecimiento económico, está ralentizando la contratación. La actividad se vio afectada en noviembre por el parón producido tras el lío del Supremo con el IAJD. En enero, el importe de las hipotecas concedidas subió un 7% con respecto al mismo mes del ejercicio pasado, cuando a lo largo de todo 2018 experimentó un ascenso de doble dígito. En concretó, avanzó un 12,7%.
El importe otorgado por el sector alcanzó los 3.200 millones en los primeros treinta y un días del año.
En cuanto a los préstamos al consumo, las familias dispusieron de 2.790 millones, un 13,8% más que en enero de 2018. Los tipos de interés aplicados en las nuevas operaciones de este segmento también se encarecieron, del 6,9% al 7,42%. Hay que tener en cuenta que en estos créditos se producen variaciones constantes y más abruptas.