
Las amortizaciones de los créditos aún lastran la cartera de préstamos de la banca española, a pesar del relevante incremento en la nueva concesión de hipotecas y consumo. El saldo vivo de las principales entidades del país cayó un 1,2% a cierre del año pasado y ya suma diez años consecutivos de descenso. Concretamente, los bancos cotizados cerraron el ejercicio pasado con una cartera de crédito sano (la cifra excluye el saldo dudoso) de 891.425 millones de euros, frente a los 902.342 millones de un año antes.
La bajada contrasta con el crecimiento de formalización de hipotecas en 2018 por valor de 44.381 millones de euros, hasta un 14,19% más que un año antes y el mayor volumen desde 2011. Del mismo modo, el crédito al consumo también vivió el año pasado su particular auge con una concesión de 34.596 millones de euros, un 17,7% más que el ejercicio anterior, y la cifra más alta desde 2009. A este último segmento cabe sumar los préstamos personales, para los que la banca concedió financiación por 20.428 millones en 2018, un 5,47% más que un año antes.
A pesar de la mayor demanda de crédito de familias y empresas, los grandes bancos no logran coger ritmo y borrar la huella que las amortizaciones aún dejan sobre su stock de crédito.
Podio de ganadores
Solo tres de las grandes entidades cotizadas consiguieron cerrar 2018 con una evolución positiva de su cartera crediticia: Bankinter, Liberbank y Sabadell. De hecho, ésta última entidad, encabezada por Josep Oliu, entró a completar el podio de crecimiento a cierre del año pasado, tras varios ejercicios en negativo. Sabadell suma un saldo vivo de 101.646 millones, un 0,65% superior al de un año antes. El impulso llegó de la mano de los préstamos a empresas y pymes. A pesar de que el banco otorgó en 2018 hipotecas por 3.887 millones de euros, hasta un 42% más que en 2017, las amortizaciones continuaron minando el volumen de crédito en este segmento del negocio.

Bankinter y Liberbank, con un crecimiento del stock de préstamos del 3,29% y del 9,1%, respectivamente, son las únicas entidades que llevan varios años consecutivos con incrementos. Al otro lado de la balanza se sitúan aún BBVA, Santander, CaixaBank, Bankia y Unicaja, que no logran remontar sus saldos de préstamos. Unicaja cerró el año con una caída de la misma del 5,5%. No obstante, la entidad señala que la evolución negativa se aproxima "al punto de inflexión" gracias a la fortaleza de la actividad comercial.
Del mismo modo, Santander también siguió a ritmo descendente, con una merma del 4%, potenciada por la incorporación de la cartera de créditos del Popular. BBVA y CaixaBank ya se acercan a un punto de equilibrio entre las amortizaciones y las nuevas concesiones con tímidas bajadas del saldo vivo del 0,7% y del 0,2%, respectivamente.
Precisamente, el banco azul, a través de BBVA Research, unidad que analiza la economía, estimó en su último informe Situación España publicado el pasado martes, que el volumen de crédito del sector privado comenzará a subir a partir del segundo trimestre de este año.