
Bankia ha provisionado 445 millones de euros para hacer frente al expediente de regulación de empleo (ERE) firmado con los sindicatos en febrero. Esta dotación es bruta de impuestos y está en línea con el coste de reestructuración estimado inicialmente por el grupo en el marco de la absorción de BMN.
La entidad ha acordado reducir su plantilla en algo más de 2.000 personas, es decir, el 11,6% del total. Este recorte se llevará a cabo a través de bajas incentivadas y prejubilaciones, un proceso al que ya se han adherido casi 1.700 personas.
La integración también implica el cierre de casi 150 oficinas, la mayor parte en Valencia, donde existe una mayor duplicidad de red. Estas clausuras se han materializado ya, según explicó el presidente a los analistas durante la presentación del nuevo plan estratégico para los próximos tres años.
Con estos ajustes, Bankia aspira a conseguir 190 millones de sinergias de costes. La cifra es superior a lo calculado en un principio. En junio del año pasado, el ahorro previsto era un 22% menor.
Para recoger estos frutos cuanto antes, a principios de la segunda mitad del año, la entidad va a acelerar al máximo la fusión total con BMN. A mediados de este mes pretende culminar la integración total de sistemas tecnológicos y a finales del verano haber terminado el cambio de rotulación en todas las sucursales del grupo absorbido. Será entonces cuando la marca BMN desaparecerá. La intención es que 2019 comience la operativa con una única red porque todos los clientes contarán con las mismas condiciones y ventajas.
800.000 euros
Es el sueldo que percibieron el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y los dos consejeros ejecutivos de Bankia, José Sevilla y Antonio Ortega, el año pasado. La cantidad, de la que 300.000 euros corresponden a variable y un bono plurianual, es un 6,6% mayor a la de 2016. La retribución del resto de vocales alcanzó de máximo 100.000 euros.