Banca y finanzas

El Estado vende un 7% de Bankia con pérdidas de casi 300 millones

  • El Frob asume el quebranto para mejorar el atractivo de la entidad
Foto: Archivo

El Estado ha aprovechado el pequeño rally alcista experimentado por Bankia en bolsa en los últimos días para reiniciar su privatización. El fondo de rescate público (Frob) colocó el lunes un paquete de 201,5 millones de acciones de la entidad nacionalizada, representativas de un 7% del capital, a través de una operación acelerada, cuyos detalles se conocerán previsiblemente este martes.

Pese a la subida reciente, el Frob -dependiente del Ministerio de Economía- ha asumido con esta desinversión pérdidas de entre 250 millones y 300 millones, en función del descuento con el que finalmente se haya materializado la transacción.

El mercado da por hecho que la rebaja sobre el valor del lunesse situará en una horquilla de entre el 3 y el 4%, algo inferior al reclamado en 2014, cuando el fondo de rescate se deshizo de un 7,5%, única desinversión hasta el momento en Bankia desde su rescate. Entonces, la deducción se estableció en un 4,4%.

Desde hace tiempo el Ejecutivo era consciente de que tenía que renunciar a ganar dinero con esta segunda venta de títulos, con el objetivo de que la entidad mejorara su perfil bursátil con una reducción de su participación y un aumento, por tanto, de las acciones en manos de terceros, lo que eleva su liquidez y aumenta su potencial alcista.

Aun así, el Frob todavía conservará un 60,6% del capital de Bankia, porcentaje que se incrementará este mes una vez ésta cierre la absorción de BMN, de la que el Estado posee el 65%.

Desde verano, el fondo de rescate ha intentado llevar a cabo esta colocación, pero las circunstancias del mercado aconsejaron retrasarla, a la espera de una subida en la cotización. De hecho, el lunes consiguió alcanzar el precio más alto en dos meses, al escalar hasta 4,17 euros.

24.400 millones a recuperar

Con la asunción de estas pérdidas, el Estado tendrá ahora que conseguir 24.400 millones en próximas desinversiones para evitar minusvalías en Bankia. Son la suma de las ayudas otorgadas, tanto al grupo que preside José Ignacio Goirigolzarri como a BMN, y el agujero latente que dejará la operación de venta.

En la primera colocación, la de 2014, el Estado vendió con plusvalías de 136 millones, pero éstas no fueron entregadas a las arcas del Estado, sino que se destinaron a pagar indemnizaciones para antiguos preferentistas y accionistas que acudieron a la salida a bolsa.

De hecho, el aluvión de demandas por prácticas del pasado han impedido que Bankia pueda ir devolviendo una parte importante del dinero aportado por los contribuyentes. En concreto, casi 7.000 millones entre el coste de las indemnizaciones, las plusvalías de la desinversión del 7,5% y los dividendos distribuidos a su matriz, BFA, que es 100 ciento del Frob.

El Gobierno inyectó 22.465 millones al grupo en dos operaciones de rescate en los peores años de la crisis. A cambio, recibió un 65% del capital. Este porcentaje ha ido variando desde entonces, ya que el Estado ha incrementado en torno a un 10% el capital por los procesos de recompra de títulos por los casos judiciales relacionados con las preferentes y la salida a bolsa.

Con las dos operaciones de desinversión acelerada, la participación habrá bajado un 14,5%.

Plusvalías lejanas

El Frob tomó los títulos de Bankia a 1,35 euros, que a día de hoy -tras una agrupación realizada de cuatro acciones en una- es equivalente a 5,4 euros, que es el nivel que tiene que alcanzar la cotización para que el Frob, a través de BFA, pueda lograr plusvalías. Es decir, debe apreciarse al menos un 26%, contando el descuento aplicado de entre un 3% y un 4% que vaticinan los expertos que ha conllevado la operación de este lunes.

Con la desinversión, la matriz del Bankia conseguirá unos ingresos superior a los 800 millones, un tercio inferior a los captados con la transacción de 2014. Sin embargo, el Gobierno intenta aumentar el atractivo de la entidad para poder recuperar el máximo posible de ayudas antes de que finalice el periodo que tiene para salir del accionariado -finales de 2019- y lanza un mensaje a las autoridades comunitarias y al FMI de que mantiene el objetivo de privatizar el grupo, un compromiso adquirido en el momento del rescate financiero.

La semana pasada, en una entrevista en El Periódico, Goirigolzarri no cerraba la puerta a que antes de que finalizara este año el Frob ejecutara la segunda desinversión de títulos, aunque consideraba que en febrero se podría abrir una ventana de oportunidad, que es cuando Bankia presentará su nuevo plan estratégico. El Frob ha preferido no esperar tanto y evitar posibles inestabilidades de la bolsa en los próximos meses y materializar así una operación que ansiaba desde agosto.

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