
La gran banca copará el consejo de administración de la futura sociedad surgida de la próxima fusión de Servired, 4B y Euro 6000, en reflejo de su abrumadora cuota de mercado. El máximo órgano de dirección de la plataforma única estará conformado por 17 miembros: 11 procedentes de Servired, cuatro del sistema 4B y dos correspondientes a la red de las antiguas cajas.
El reparto de sillones por entidades proporciona al Santander, CaixaBank y BBVA tres representantes a cada una; Sabadell nombrará a dos vocales, al igual que hará Bankia; Popular, Banco Cooperativo y Kutxabank dispondrá de un asiento individual y Unicaja e Ibercaja deberán rotar una plaza compartida. Quedan sin consejero Liberbank, Abanca, Cecabank y BMN, perdiendo la representación que sí tenían en Euro 6000; Banca March -ocupaba un asiento en 4B- o Bankinter y Deutsche Bank -Servired-, aunque todos ellos con menor cuota o sillones que los ocupados por la gran banca.
Juntas en la primavera
La asignación responde a la actividad de cada entidad, al igual que ocurría en las redes que ahora se fusionarán. Las plataformas lanzaron formalmente la unión en los últimos compases de 2016, con la aprobación del proyecto por parte de sus consejos de administración y tras analizar el estudio de viabilidad encargado a KPMG, que avalaba el sentido industrial de dar tal paso.
Los sistemas trabajan con la idea de recibir las preceptivas autorizaciones regulatorias en febrero, que les permitan someter el proyecto a sus juntas de accionistas en marzo o abril y, transcurrido el paréntesis estival, arrancar operativa como esquema integrado hacia septiembre.
La revolución en los medios de pago, con desafíos inversores por las nuevas posibilidades tecnológicas y el auge de firmas no financieras con deseos de arrebatar parte del pastel de las transacciones, avalan una integración que les permitirá ganar escala, sinergias e, incluso, plantearse competir en el mercado europeo. No es un proyecto nuevo. De hecho, Servired y 4B negociaron en 2011 una integración, que resultó abortada por las reticencias de la antigua autoridad de Competencia a que compartiesen datos comerciales y pese a que en España era casi anomalía frente a los esquemas únicos nacionales predominantes en el Viejo Continente.
Pero la ruptura de las reglas de juego tradicionales en la política de fijación de tasas en cajeros automáticos dinamitan el sentido de pertenecer a una red de cajeros. Se pulveriza la garantía de que un banco de Servired, 4B o Servired dará el servicio gratis a un cliente de otra entidad asociada al mismo club. Un nuevo escenario que invita hace algo más de un año a desempolvar el viejo proyecto, con una confianza renovada en su éxito.
El status quo ha mutado frente a las viejas razones de Competencia, porque las alianzas son entre entidades y no redes, y el Banco de España -ambos deben dar el visto bueno al proyecto- es un defensor convencido de la integración. Los sistemas han perdido la función de fijar las tasas de intercambio, pero mantienen la operativa ligada al procesamiento de pagos en terminales, la interlocución con autoridades o con las marcas Visa y MasterCard.