
La decisión de aplicar comisiones en cajeros automáticos de entre 0,45 y 2 euros a los no clientes no ha enfriado su uso y podría estar rindiendo un provecho recaudatorio limitado. Los dispositivos se visitan mucho más y para extraer importes superiores, indiciario de que los clientes han mutado rutinas para buscar redes que no le cobren para conservar la costumbre de disponer de efectivo para comprar.
Las estadísticas del Banco de España revelan que el pasado año se efectuaron 918,7 millones de operaciones en los terminales, un 1,51% más, para sacar el récord de 114.862 millones de euros, cuantía que crece el doble -al 3,1%- porque se aprovecha el paseo al terminal.
La evolución se acelera además trimestre a trimestre. En 2014, por ejemplo, el recurso al cajero subió un 0,45% y a lo largo del ejercicio siguiente encadena avances intertrimestrales de ascendentes, desde el 0,77 al 2,74 por ciento.
Se acelera en 2016
"La actividad no se ha resentido en absoluto y en los primeros meses del año el aumento de operaciones, por mayores importes, incluso se acentúa", anticipan fuentes de la industria de los medios de pago. Tradicionalmente, entre el 60 y 70% del dinero se extrae de cajeros del banco del cliente, con mayor penetración en ciudades con redes amplias como Madrid y un recurso superior a terminales ajenas en pequeñas localidades. En el sector sostienen que también se mantiene dicha tendencia, lo que en sí limita el abono de la comisión por usar máquinas de otras entidades.
Con los nuevos cargos se esperaba un auge del pago directo en tienda en detrimento del cash, además de ingresos adicionales para el dueño de la máquina que grava por su uso. En el sector minimizan ambos efectos, convencidos de que solo ha variado la forma en la que el ciudadano acude a la red. España es un país de efectivo, donde el 80% se paga en metálico, pese al esfuerzo de la banca por extender el abono directo con tarjeta.
El cliente se ha informado y buscan cajeros amigos, extrayendo importes superiores para reducir los paseos, porque teme no encontrar un dispositivo gratuito cuando precise fondos o porque su banco le libera del cargo si extrae por encima de ciertas cuantías o sin exceder un número de operaciones.
Según las estadísticas del supervisor, el dinero medio extraído por operación escala así de 121,21 euros a 125,5 a lo largo de 2015, aún cuando solo unos pocos bancos comenzaron a aplicar comisiones en los últimos compases del ejercicio, pero ya se dibujaba la estrategia a seguir por la mayoría de entidades. La evolución va a más en 2016, apuntan las fuentes consultadas.
Un 6% más en tiendas
El uso directo de la tarjeta para pagar también gana espacio, si bien en la industria lo asocian más al tirón de las compras en Internet, en busca de ofertas, o con el mero éxito de tiendas con escaparate exclusivo online. Los comercios tramitaron un 7,24% más de ventas con pago en dinero de plástico, por un importe de 112.330 millones de euros, el 6,12% más.
Un dinamismo que ha venido acompañado de la mayor instalación de terminales lectores de tarjetas en comercios -físicos y online- contabilizado nunca. El censo de TPV aumentó un 13,01% en el año y ascendió a 1,59 millones -ha sumado 271.308 terminales en apenas dos años-.
La apuesta de la banca por este servicio se ha traducido igualmente en un incremento del 3,34% en la emisión de tarjetas. En un año ha puesto 226.000 nuevas unidades en circulación y el parque total asciende a 69,92 millones.