
La consultora PwC ha determinado que Banca Privada d'Andorra (BPA) tenía 923 clientes presuntamente sospechosos de blanqueo de capitales, lo que supone el 3% del total, que generaban un volumen de negocio de unos 1.000 millones de euros, el equivalente al 19% del grueso del banco andorrano.
Estas son algunas de las conclusiones de la revisión independiente que ha llevado a cabo PwC y que permiten identificar nuevos casos presuntamente vinculados al blanqueo de capitales que "confirman serias deficiencias en la gestión de BPA", según ha informado hoy la Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB), organismo andorrano similar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) español.
La AREB asegura que está adoptando las medidas necesarias para identificar posibles indicios delictivos vinculados tanto a la dirección general como a los administradores de BPA, entre los que figuran los principales accionistas de la entidad, los hermanos Higini y Ramon Cierco.