
El Sabadell retoma con fuerza la financiación al sector inmobiliario. La entidad se propone prestar 2.500 millones de euros a promotores y proyectos patrimoniales este año, lo que implica aumentar en más del 60% los alrededor de 1.500 millones invertidos el ejercicio previo cuando reactivó la línea de negocio. En 2014 la operativa había sido casi inexistente ante la ausencia de una demanda solvente para este tipo de proyectos y al continuar el foco, como en el resto de la banca, volcado en sanear exposiciones.
La apuesta es, si cabe, doble porque abrirá el grifo al ladrillo en la región de origen de la antigua Caja Mediterráneo (CAM). El plan de reestructuración comprometido con Bruselas impedía a la entidad alicantina financiar a constructores y promotores hasta concluir 2015. Pero una vez expirada la restricción, el banco ha dotado dicha territorial con un equipo específico que tiene el mandato de buscar proyectos financiables y que podrá disponer del 10% del presupuesto global -250 millones-.
Búsqueda de negocio
El Sabadell da un paso adelante cuando esta actividad remonta de forma clara y los fondos de inversión y las Socimis están copando un nicho antes exclusivo del sector financiero, en su rol de financiadores del inmobiliario. Su foco es por un lado la promoción de viviendas, y por otro la inversión patrimonial para financiación de centros comerciales, logísticos, oficinas, etc; donde el cliente pueden ser las mismas Socimis o los fondos. Y el ámbito se amplía a una zona en empuje como vuelve a ser el Levante, frente a la concentración actual de los proyectos en Madrid y Barcelona.
Pero la crisis deja lecciones gravadas a fuego. A priori, la entidad no financiará suelo, salvo que esté garantizada gran parte de la venta de la promoción a construir, y su préstamo cubrirá hasta el 65% de la inversión prevista para la obra, a no ser que existan garantías del proyecto suficientes.
El ladrillo llegó a convertirse en tabú para la banca cuando el pinchazo de la burbuja atascó balances con impagos que exigían millonarios saneamientos e inmuebles a los que debían dar salida después.
A finales de 2012 el Sabadell acumulaba 17.908 millones en financiación a construcción y promotores, gran parte heredada de la CAM.
Exposición a la mitad
El traspaso de parte de los préstamos a la Sareb, la congelación del crédito y la venta de carteras deja casi a la mitad la exposición tres años después. De los 9.517 millones remanentes en 2015, el 60% corresponden con proyectos finalizados -5.717 millones-, un cinco con obras en ejecución y el 13% es suelo. El grueso de la exposición son inmuebles de viviendas y el resto para fines distintos como centros comerciales u oficinas.
Este ajuste de cartera y la red que otorga el esquema de protección de activos heredado de la CAM -cubre un tercio de la exposición-, facilita su renovada apuesta.
Se espera que el resto de entidades vuelvan al campo de juego cuando purguen el empacho de la burbuja. La construcción está recobrando el pulso y, aunque nadie espera que cope el protagonismo de antaño, prestar es lo que la banca anhela y necesita para recuperar la rentabilidad perdida con la crisis.