Miguel Blesa e Ildefonso Sánchez Barcoj se contradijeron ayer durante su declaración en el juzgado de instrucción número 45 respecto a la subida de sueldos llevada a cabo en 2008 en la entidad. El expresidente de Caja Madrid explicó que, en principio, la subida aprobada por el consejo era del 4,5%, pero que al final el incremento fue mayor, del 16% en concreto, debido la salida de un directivo del comité de dirección.
Según dijo, durante su declaración, eso obligó a un incremento en paralelo de las funciones de los nueve miembros restantes del comité, que se repartieron por ello el sueldo del directivo saliente. Sánchez Barcoj, exdirector general financiero de la caja y número dos de Blesa, desmintió sin embargo esta versión y admitió que en ningún momento se reordenaron las funciones.
Blesa y Sánchez Barcoj fueron interrogados en calidad de investigados por la juez Luisa María Priet, en relación con la causa por los sobresueldos irregulares que según el Frob causaron un perjuicio económico de 14,8 millones de euros. Tras la declaración de ambos, la juez no acordó la adopción de medidas cautelares.
Cumplimiento de objetivos
El exbanquero fue preguntado, entre otras cosas, por el cumplimiento de los objetivos de sus directivos para ser premiados con bonus en el sueldo variable. De su declaración, se ha desprendido que era la caja la que asumía el coste fiscal de otras gratificaciones extraordinarias relacionadas con los planes de pensiones.
La Fiscalía Anticorrupción denunció en enero del pasado año el perjuicio económico que presuntamente habían provocado Miguel Blesa y Sánchez Barcoj a las cuentas de Caja Madrid por el cobro por parte de altos directivos de "percepciones excesivas". El problema de fondo es que, en algunos casos, no existió constancia del cumplimiento de trámites obligatorios como el paso por los órganos de gobierno.
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