
Bankia trabaja en el mayor proceso de con el que pretende aligerar el peso del ladrillo de su balance. La entidad ha iniciado un sondeo de mercado para evaluar el interés de posibles compradores sobre su cartera de activos inmobiliarios, valorados en 4.800 millones de euros, entre los que se incluyen edificios de uso residencial, oficinas, locales comerciales y suelo.
Con el denominado Proyecto Big Bang, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri pretende dar salida a todos sus activos inmobiliarios, integrados por los que no traspasó a la Sareb tras su nacionalización y de adjudicaciones procedentes de impagos, para lo que ha comenzado a medir la demanda, según ha confirmado la entidad a elEconomista.es.
La cartera está fundamentalmente compuesta por inmuebles de uso residencial en Madrid, Barcelona y Valencia, pero también incluye locales comerciales y oficinas y activos en otras provincias. El lote residencial tiene un valor de 3.300 millones a fecha de 31 de marzo, de acuerdo con la información publicada hoy con el diario Expansión.
Fondos interesados
La operación está en una fase inicial de prospección, para lo que se ha enviado información a medio centenar de inversores, aunque ya han mostrado su interés grandes fondos como Blackstone, Lone Star o Apollo, que ya se han hecho hueco en el mercado inmobiliario español a través de grandes operaciones con la banca. Credit Suisse y KPMG son las entidades encargadas de coordinar la venta.
El proceso de desinversión podría llevarse a cabo en una única venta o por lotes, en función de lo que planteen los posibles compradores, ha puntualizado la entidad.
Bankia ha acelerado en 2015 el proceso de desinversión, para así cumplir con el compromiso acordado con Bruselas durante el proceso de reestructuración, que le obliga a una desiversión de 50.000 millones antes del cierre de este curso.