La encuesta de gestores de fondos que elabora mensualmente Bank of America Merrill Lynch siempre arroja algún que otro resultado sorprendente, además de permitir identificar cómo están posicionados los gestores de cara al siguiente mes. En la última hubo pocas novedades: la sobreexposición a bolsa sigue estando en máximos, la infraponderación a bonos también y la mayoría ve a un dólar al alza a corto plazo. Pero sí hubo una sorpresa: la deuda periférica europea dejaba de ser la niña bonita de los gestores de fondos. ¿Quién la sustituía? La deuda high yield made in Usa o, lo que es lo mismo, los bonos basura estadounidenses.
Así lo reconocía el 36 por ciento de los gestores que contestaron a la pregunta ¿Cuál es la operación que más negocia ahora? respondiendo "us high yield" frente al 30 por ciento que se inclinó por la deuda periférica de Europa. ¿Quieren los gestores decir con su respuesta que hay que comprar bonos americanos? No, o al menos no del todo, ya que el hecho de ser la más negociada no implica que necesariamente esas negociaciones hayan culminado con compra de bonos high yield de Estados Unidos. "Los mercados suelen reaccionar nueve meses antes ante una subida de los tipos de interés y quizá los inversores que analizan el mercado en términos absolutos estén aprovechando para deshacer posiciones al tiempo que los fundamentales compran, lo que puede explicar su éxito", afirma Juan Ramón Caridad, director académico del Máster de Finanzas e Inversiones Alternativas FIA. De hecho, en la segunda semana de julio los fondos de high yield registraron reembolsos por primera vez en once semanas, lo que puede indicar ese cambio de tendencia.
Pros y contras
No en vano, la inminente subida de los tipos de interés es uno de los riesgos a los que se enfrenta este mercado, ya que se descuenta que un aumento de los tipos obligará a las compañías a pagar más rentabilidad por sus bonos, perjudicando a los que tengan ahora sus bonos en cartera. Sin embargo, lo cierto es que no son pocos los que defienden que si Yellen se decide a anunciar ese alza del precio del dinero, los bonos high yield no serán los que salgan peor parados, ni mucho menos. "El high yield siempre ha tendido a comportarse más como las acciones que como los bonos", afirma un gestor de Alliance Berstein a la cadena CNBC. "El crédito high yield cuenta con una baja correlación con los movimientos de los tipos de interés, ofrece rendimientos más atractivos y genera rentabilidades superiores en periodos de expansión", defienden desde la gestora Candriam.
La clave de que sea o no una inversión rentable reside, por tanto, en la economía americana, la misma de la que la Fed pronostica que crecerá un 2,2 por ciento en 2014. Y es que una mejora económica puede traer la desventaja de una subida de tipos pero también otras ventajas como la mejora del ratio de impagos o una revisión de calificaciones crediticias que conviertan a algunos bonos basura en renta fija de grado de inversión. "El problema es que todas estas mejoras están ya descontadas en los precios a los que cotizan los bonos, ya que hasta ahora este mercado ha contado con un récord de emisiones, muy poca volatilidad y una tasa de quiebras muy baja, por lo que las mejoras de rating las vemos ahora más en Europa que en EEUU", afirma Marian Fernández, directora de estrategia de Inversis Banco.
¿Qué atractivo le queda entonces a este tipo de deuda? El cupón en sí, ya que aunque todo apunta a que en el futuro será menguante, en un contexto en el que no se prevén repunte de la inflación a corto plazo, seguirá siendo atractivo. "En términos absolutos, el cupón no es atractivo pero sí lo es si se compara con otras rentabilidades y en un contexto de bajos tipos de interés. Es una inversión más por descarte", afirma Caridad. No en vano, según los datos de Banca March, el high yield americano a vencimiento (cuatro años de media) aún está dando cupones del 5 por ciento frente al 1,13 por ciento que por ejemplo da el bono español gubernamental en ese mismo periodo.
La selección es vital
Sin embargo, el hecho de que ya no todo valga para arañar rentabilidad por la vía del high yield obliga a delegar la selección de bonos a incluir en cartera en los profesionales de la gestión. En fondos, y según la rentabilidad que han obtenido en los últimos cinco años, productos como Global Access Global High Yield Bonds o Pioneer US High Yield han demostrado que sí son capaces de identificar las oportunidades que ha arrojado este mercado en los últimos años, ya que han ganado un 15 por ciento anual cada año en los últimos cinco. Además, ambos cuentan con una calificación de cinco estrellas por parte de Morningstar y un ratio de costes netos muy competitivo ya que es inferior al 0,80 por ciento pese a que el riesgo que gestionan es más parecido al de renta variable que al de fija.
Pese a que por cupón aún hay algo que rascar en esta deuda, sobre todo si no se cubre la divisa y se invierte en la clase en dólares, los inversores que entren hoy en estos activos no deben esperar rentabilidades de dos dígitos como se han visto en el pasado. Así, lo afirma, de hecho, el director de inversiones global de Pioneer, Giordano Lombardo, gestora de uno de los fondos más rentables del último lustro: "Los bonos high yield aún son atractivos en comparación con la deuda gubernamental pero su potencial es muy limitado y el riesgo elevado".